El año 2019 está al culminar, siendo estos 12 meses transcurridos de regocijo para el deporte dominicano, que ha tenido una muy buena actuación en los eventos internacionales en que vio acción, en especial en los Juegos Panamericanos de Lima, Perú.
No en balde se dice con regularidad que los atletas nuestros son los mejores del mundo, porque con un escaso presupuesto realizan maravillas ante países cuya inversión es muy superior a la que se aplica en el país.
La inversión debe mejorar exponencialmente en 2020, porque se está en un momento en que se debe sacar el máximo provecho de las condiciones competitivas demostradas.
Hay que reconocer que a pesar de que el presupuesto asignado al Deportes 2019 no era el adecuado, se realizó un tremendo esfuerzo por dotar a los atletas, desde el Ministerio de Deportes, encabezado por Danilo Díaz, de los insumos necesarios, así como el esfuerzo del Comité Olímpico bajo la dirección de Luisín Mejía.
Si bien en lo competitivo se realizó un trabajo aceptable, el deporte requiere de cambios sustanciales a lo interno de las federaciones, asociaciones y clubes.
No es justo que la mayoría de los dirigentes permanezcan por los “siglos de los siglos” al frente de esas entidades, que definitivamente requieren de cambios profundos.
No se puede seguir con personas que se han perpetuado al frente de esos organismos como si fueran de su propiedad.
La realidad es que no tienen creatividad, ni están en capacidad de reinventarse, porque realmente ya no tienen nada que aportar.
Mientras tanto, el objetivo del año 2020 debe ser llevar a las olimpiadas de Tokio una buena representación.