2014: cifras que matan

2014: cifras que matan

2014: cifras que matan

Danilo Arbilla

2014 tampoco fue un buen año para los periodistas.

Según Reporteros Sin Fronteras en este año que finaliza fueron asesinados 66 periodistas en todo el mundo. Para el Comité de Protección de Periodistas de NY, la cifra es algo menor, 58, lo que no cambia el panorama.

La estadística de esta organización además marca un total de 724 periodistas asesinados desde 1992.

La Sociedad Interamericana de Prensa, en tanto, informó que los periodistas asesinados en 2014 en el continente americano fueron 18, y suman 465 los asesinados y desaparecidos desde 1987 a la fecha.

Hoy más cifras no menos desgraciadas: el Comité informo que los periodistas que fueron a la cárcel en 2014 fueron 220.

De estos, 44 periodistas fueron presos en China , un país al que por sus éxitos económicos muchos gustan poner como ejemplo para occidente sin reparar en temas como el de la inexistencia de libertades o detalles como lo que les pagan a sus trabajadores y el régimen laboral imperante. Reporteros por su lado consigna que en el año hubo 119 secuestros de periodistas, que 178 fueron encarcelados, 853 detenidos y 1846 amenazados y agredidos y 139 debieron exiliarse. Entre los amenazados y agredidos la mayoría lo fueron en la democracia – según la OEA, Unasur y Celac- de Venezuela.

Decía Lucio Anneo Séneca en el “Libro de la Pobreza” ( Los 7 libros), que en el cuerpo del hombre “…hay corta materia para robos; pues nadie, o por lo menos pocos derraman la sangre humana por solo derramarla”.

Dos mil años después quizás Séneca llegaría a comprobar que esos “pocos” , esos enfermos que derraman la sangre humana por solo derramarla, son unos cuantos más.

Ahora, en el caso de los periodistas, los que en su casi totalidad tienen muy poco para robarles,¿por qué se les asesina?; ¿ por qué se derrama su sangre?

Es que tienen o hacen algo, sin una cotización material, pero que vale más que cualquier otra cosa, aunque muchos no se den cuenta ni lo valoren, y es que se manejan con el mejor instrumento que garantiza las libertades: ejercen continuamente el derecho a buscar información y a informar y ayudan a sus conciudadanos a ejercer su derecho de acceso a la información y a ser informados de todo lo que ocurre.

Y como decíamos, son muchos los enfermos – las mafias, el crimen organizado, los fanáticos religiosos, los racistas, los gobiernos autoritarios de distintos signos( fascistas, totalitarios, populistas y arbitrarios) los dictadores y los tiranos- que no quieren que la gente pueda expresarse, opinar y informar con libertad ni que los ciudadanos sepan todo lo que pasa.

Por eso matan a los periodistas. Incurren en un deleznable y múltiple crimen por el cual quitan la vida a un ser humano, le impiden que se exprese con libertad e informe lo que sabe y le impiden al resto de sus ciudadanos que se enteren de lo aquel periodista quería informarles.

Ya de paso tratan de meter miedo a los colegas y así lograr un estatuto de impunidad para torturar, encarcelar, matar y hacer desaparecer a enemigos y disidentes, para cometer cualquier tipo de arbitrariedades y para robar a manos llenas.

Atentar contra la libertad de expresión es el mayor de los delitos.

Es un delito global, nada escapa a sus daños expansivos, a su efecto dominó.

Matar a los periodistas es quizás la forma más cruel y sangrienta de atentar contra la libertad de expresión, pero hay otras con las que se consiguen los mismos objetivos y es a través de leyes restrictivas, la persecución judicial utilizando jueces y fiscales indignos y sometidos, el hostigamiento fiscal, el uso del poder y los recursos del estado para premiar testaferros, los escraches a cargo de grupos fascistas pagados por el gobierno.

Con estos métodos pueden conseguir hasta mejores resultados y hablar, como lo hacen de “ aquí no mueren periodistas”. (En Cuba tampoco mueren periodistas y es la sociedad con menos libertad de prensa de la tierra).

Y así pueden hacer todo lo que quieran, reprimir, torturar, matar, meter presos a opositores (en serio), usar y abusar de los medios de comunicación, hacer todas “ las reformas constitucionales”, que se les ocurra para seguir en el poder y robar a manos llenas.

El asunto es que la gente no se entere de nada , que solo oiga la campana oficial, y crean que los mendrugos que le arrojan es “ justicia social”.

Y frente a este estado de manipulación, no hay nada más impertinente que un periodista que no se vende ni se intimida y escarba, investiga e informa.

Por eso molestan tanto los periodistas y su profesión se hace tan riesgosa.



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