Subir un escalón, agachar la cabeza y recibir un metal atado a una cinta. Tres simples movimientos, pero a su vez, los que todo deportista sueña con ejecutar desde que comienza a dar sus primeros pasos.
Si además ese podio o escalón tiene impresos los cinco aros olímpicos, la medalla adquiere un significado solo soñado por los deportistas más excepcionales de todo el mundo.
Sea de oro, de plata o de bronce, recibir una presea olímpica supone para cualquier deportista un premio a toda una carrera de sacrificio dedicada a un deporte.
Pero hay algunos deportistas extraordinarios que no consiguieron una, ni dos, ni tres, sino multitud de medallas olímpicas.
En este artículo repasamos los cinco y las cinco deportistas que más medallas se han colgado al cuello en la historia de los Juegos Olímpicos de verano.
Michael Phelps (Estados Unidos) – Natación – 28 medallas
Las aguas olímpicas tienen un rey absoluto y ese es Michael Phelps. El nadador estadounidense cuenta en sus vitrinas con un total de 28 medallas, incluyendo la increíble cifra de 23 preseas de oro.
«El tiburón de Baltimore», como se conoce al medallista olímpico más laureado de la historia, se presentó ante los focos mundiales con solo 15 años en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000. Aunque no logró entonces ninguna medalla, supuso el punto de salida para una carrera plagada de éxitos.
En los Juegos de Atenas 2004 se colgó seis oros y dos bronces, aunque fue en el Cubo de agua, la piscina de los Juegos de Pekín 2008, donde Phelps se convirtió en leyenda. Logró ocho medallas de oro en unos mismos Juegos, superando el récord de siete obrado por Mark Spitz en Múnich 1972.
Tras los Juegos de Londres 2012, en los que obtuvo seis medallas más (cuatro de oro y dos de plata), Phelps anunció que colgaba el gorro y las gafas. Pero «El tiburón de Baltimore» quiso dar un último bocado al medallero olímpico y regresó por última vez para lograr cinco medallas de oro y una de plata en Río 2016.
Larisa Latynina (URSS) – Gimnasia – 18 medallas
Fue la primera gran estrella de la gimnasia artística y sigue siendo la mujer deportista con más medallas olímpicas de la historia.
La gimnasta Larisa Latynina fue sin duda una de las grandes figuras del deporte soviético y su historia personal no queda lejos de su palmarés.
Criada durante la II Guerra Mundial, su padre falleció en la Batalla de Stalingrado y ella dio sus primeros pasos (o saltos) en el ballet.
Sin embargo, la gimnasia fue la disciplina que la llevó al estrellato y su bautismo olímpico se produjo por todo lo alto en los Juegos de Melbourne en 1956, donde se colgó cuatro oros, una plata y un bronce.
Consiguió otras seis preseas en Roma 1960 (tres oros, dos platas y un bronce) y en Tokio 1964 (dos oros, dos platas y dos bronces), para un total de 18 medallas.
Nikolai Andrianov (URSS) – Gimnasia – 15 medallas
Sin salir de la Unión Soviética, ni soltar las anillas o las barras paralelas, llegamos al tercer deportista más laureado, el gimnasta Nikolai Andrianov.
Debido a su creatividad y su sentido del espectáculo, era conocido como el “Nureyev de la gimnasia”, en honor al famoso bailarín.
Se estrenó con un oro en Múnich 1972, aunque su explosión llegó en Montreal 1976 donde obtuvo cuatro medallas de oro, dos de plata y una de bronce. El gimnasta soviético completó su histórico palmarés en casa, en los Juegos de Moscú 1980, donde sumó otros dos oros, dos platas y un bronce.
Pero el flechazo de Andrianov con la gimnasia no se detuvo tras su retirada, ya que se convirtió entonces en entrenador, dirigiendo primero a jóvenes promesas de la gimnasia soviética y más tarde al equipo nacional de Japón.
Boris Shakhlin (URSS) – Gimnasia – 13 medallas
Gimnasia artística y Unión Soviética fueron sinónimos de éxito durante décadas y, antes de la llegada de Andrianov, la gran figura fue Boris Shakhlin.
Era conocido como “La máscara de hierro” por su semblante poco expresivo y su imponente figura y dominó la gimnasia masculina durante años para un total de 13 medallas.
En Melbourne 1956 se estrenó con dos oros, en Roma 1960 sumó otras cuatro preseas doradas, además de dos platas y un bronce, y cerró su palmarés en Tokio 1964, con un oro, dos platas y un bronce.
Edoardo Mangiarotti (Italia) – Esgrima – 13 medallas
Cambiamos las anillas y las barras por el florete y la espada para encontrarnos en esta clasificación con el italiano Edoardo Mangiarotti.
Italia es el gran dominador del medallero histórico de la esgrima y Mangiarotti es su principal referente. No solo por sus 13 medallas olímpicas sino por su gran longevidad.
Estrenó su medallero en los Juegos de Berlín 1936 y lo completó, nada más y nada menos que, ¡24 años después! en Roma 1960. En total, seis oros, cinco platas y un bronce para el gran tirador italiano, que también sumó preseas en Londres 1948, Helsinki 1952 y Melbourne 1956.
Takashi Ono (Japón) – Gimnasia – 13 medallas
Otro de los países más exitosos en el mundo olímpico es Japón y su deportista más laureado es el gimnasta Takashi Ono.
Se estrenó en los Juegos de Helsinki 1952 con un bronce, pero fue en Melbourne 1956 donde se confirmó como una alternativa seria para el dominio de la gimnasia soviética, sumando un oro, tres platas y un bronce en esta competición.
Y su actuación en Roma 1960 le colocó como uno de los mejores gimnastas de la historia, al alcanzar otros tres oros, una plata y dos bronces.
Pero Ono pudo terminar su periplo olímpico como cualquier deportista soñaría. En los Juegos de Tokio 1964, fue el encargado de emitir el discurso en la ceremonia de apertura. Y unos días después se colgó, frente a su público, una última medalla de oro tras imponerse en la prueba por equipos.
Birgit Fischer (Alemania) – Piragüismo – 12 medallas
Si Phelps es el rey indiscutible de la piscina, la reina del piragüismo no puede ser otra que la alemana Birgit Fischer.
Cuando solo contaba con 18 años, sumó su primera medalla de oro en los Juegos de Moscú 1980, convirtiéndose en la piragüista más joven en ganar una prueba olímpica.
Pero esto solo fue el comienzo de una larguísima carrera a bordo del kayak, su especialidad. Y eso teniendo en cuenta que no participó en los Juegos de Los Ángeles 1984, debido al boicot de Alemania oriental, a quien representaba.
Sí lo hizo en Seúl 1988 donde sumó dos oros más y una plata. En Barcelona 1992 se colgó otro oro y otra plata, mismo resultado que el logrado en Atlanta 1996. En Sídney 2000 volvió a sumar otros dos oros, y se despidió en Atenas 2004, con 42 años, con otro oro y otra plata.
Jenny Thompson (EE.UU.) – Natación – 12 medallas
Sin salirnos del agua, aunque esta vez regresando a la piscina nos encontramos con la estadounidense Jenny Thompson, la nadadora más laureada de la historia.
Entre Barcelona 1992 y Atenas 2004 sumó 12 medallas, ocho de las cuales fueron de oro. Una muestra del impresionante dominio estadounidense en este deporte es que las ocho preseas doradas de Thompson llegaron en pruebas de relevos por equipos.
A eso hay que añadirle una plata en su debut en Barcelona, un bronce en Sidney 2000 y dos platas en Atenas 2004. Aunque no lograra ninguna medalla dorada en pruebas individuales olímpicas, es justo mencionar que sí sumó muchas de estas en campeonatos mundiales.
Isabell Werth (Alemania) – Equitación – 12 medallas
Si antes hablamos del dominio de Alemania en piragüismo con Birgit Fischer, la equitación olímpica es también territorio germano. Y la gran representante de esta escuela es Isabell Werth.
La eterna Werth llevó la equitación a nuevos niveles con una deslumbrante combinación de precisión, arte, talento y resistencia. Y remarcamos lo de eterna porque lo de la alemana en la Doma Clásica olímpica es digno de estudio.
Comenzó sus éxitos en Barcelona 1992 con un oro y una plata. En Atlanta 1996, dos oros más, Sídney 2000, oro y plata, Pekín 2008, oro y plata, Río 2016, oro y plata… y así hasta Tokio 2020, con otro oro y otra plata.
Teniendo en cuenta que las últimas olimpiadas se celebraron realmente en el 2021 debido a la pandemia del coronavirus, 29 años separan la primera y la última medalla de la gran Werth.
Dara Torres (EE.UU.) – Natación – 12 medallas
Para cerrar esta lista de deportistas excepcionales hay que darse un nuevo chapuzón. Y, cómo no, regresamos a la natación estadounidense, con Dara Torres.
Tuvo la carrera exitosa más larga de cualquier nadadora olímpica y fue tal su longevidad que compitió en Pekín 2008 con ¡41 años! y se llevó dos medallas de plata.
Debutó en Los Ángeles 1984 con un oro, siguiendo en Seúl 1988 con plata y bronce, y otro oro en Barcelona 1992. Pero sus grandes olimpiadas llegaron en Sídney 2000, donde se colgó dos oros y tres bronces.