Imitar lo mal hecho es una vagabundería, pero imitar lo bueno es un rasgo de nobleza, sabiduría y humildad. ¡Cuánto me gustaría ver que en nuestro país imitásemos al Perú, donde su flamante presidente pronunció un tremendo discurso de solo dos minutos de duración, pero rebosante de valentía y responsabilidad.
“El 28 de junio –dijo el mandatario peruano- me comprometí a combatir la corrupción.
Dije que no permitiría a mis colaboradores cercanos caer en la indignidad de la corrupción; que no tendría miramientos ni dudas.
He sufrido una inmensa decepción al ver lo que ha pasado con uno de mis asesores del sector Salud. Esa persona traicionó mi confianza. Quiero que todos sepan que su caso, como corresponde, está en manos de la Justicia.
“Es inaceptable –agregó- que en un país como el nuestro, con tantas necesidades, tengamos gente tratando de lucrar con el dinero del pueblo en la Casa del Gobierno.
La corrupción es un problema estructural en nuestro país, histórico, que viene de atrás. Pero eso se acabó.
“Hoy anuncio cinco acciones concretas que se implementarán de inmediato. En primer lugar, he ordenado una revisión exhaustiva del Despacho Presidencial.
Le he pedido al presidente del Consejo de Ministros que realice una propuesta de reorganización del Despacho, incluyendo a los parámetros para elegir a asesores.
“Segundo: he pedido a los ministros que evalúen de inmediato, con detalle, su entorno cercano, para garantizar que contamos con las personas idóneas en cada uno de los sectores, y que cumplan los siete mandamientos que les di a los ministros en el primer día de gobierno.
“En tercer lugar, este miércoles aprobaremos en el Consejo de Ministros un proyecto de ley de muerte civil para los corruptos, es decir, quien haya sido sentenciado por casos de corrupción, nunca más podrá volver a trabajar en el Estado, sea en el Gobierno central, o en las municipalidades o en las regiones.
“Cuarto: convocaré al Consejo de Estado, compuesto por las cabezas de los tres poderes del Estado (la presidenta del Congreso, el presidente del Poder Judicial y quien habla) pues debemos luchar contra la corrupción los tres Poderes juntos.
“Cinco: anuncio la creación de la Comisión Presidencial de Integridad, la que me reportará directamente y tendrá que proponer un conjunto de medidas legislativas y de gestión para enfrentar la corrupción.
Esta Comisión tendrá el mandato de presentarme sus conclusiones y recomendaciones en un plazo máximo de un mes y medio.
“No tenemos tiempo que perder –concluyó-; como dije y me comprometí, la corrupción se combate desde la cabeza, desde arriba, y así lo estamos haciendo con acciones inmediatas.
Los corruptos opondrán resistencia, lo sé, pero los venceremos. Los necesito a todos conmigo en esta lucha”.
Hasta aquí las palabras del mandatario peruano. ¿Cuándo comenzaremos nosotros a desenmascarar y sancionar a la gente con poder que medra impunemente en el proceloso mar de la corrupción?