Policías tocando la puerta

Policías tocando la puerta

Policías tocando la puerta

Dilenia Cruz

Cuando la policía toca la puerta y pregunta por uno de los hijos, a quienes busca porque tiene una denuncia de robo, los padres preguntan: ¿ qué necesitaste que no te di?, y reprochan el haber trabajado de sol a sol para cubrir las necesidades del hogar. Aunque ninguno de los dos pronuncie la respuesta, ambos la conocen.

Cada vez que un hijo llega a casa con un objeto y los padres aceptan su explicación de que “fulano me lo regalo” los padres se convierten en cómplices. Recuerdo que mis padres y abuelos tenían el habito de preguntar: ¿quién te lo dio?

Y sin importar la respuesta nos hacían ir a devolverlo, porque en el mejor de los casos si decíamos que fue un adulto, esa persona debía comunicarse con ellos y decirles que nos regalaron algo. Si era otro niño, mi madre decía que ese niño no trabajaba y por ende no compró ese juguete y como consecuencia tampoco podía regalarlo sin la autorización de sus padres.

De cualquier modo que fuera, resultaba engorroso por lo que era mejor no tomar nada.

Fuera cual fuera la realidad nos obligaban a devolverlo y siempre resulta ser una gran vergüenza para un niño consciente de lo bueno y lo malo. La advertencia de lo que podría pasar tampoco se hacía esperar, lo cual es el broche de oro para convencer a un niño de jamás tomar algo que sus padres no compraron.

Es natural que un niño quiera tener lo de otro, pero aun en su primer año de edad ellos pueden entender que eso no les pertenece y aunque lloren lo superarán.

Quien así no lo hiciese tiene garantizado que en la adolescencia o la adultez se les hará muy difícil remediarlo y que pagará el no haberlo hecho.



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