Pedro Peix

Pedro Peix

Pedro Peix

Lo conocí en Peña de Tres, alrededor de 1992, entonces era un recién llegado de Rusia y me habían pedido que hable de la situación de las cárceles en un programa de televisión.

Había que ver el júbilo del poeta Tony Raful, cuando dije que la prisión La Preventiva fue la única obra construida por el Triunvirato, entonces presidia Donald Reid Cabral. Aunque de soslayo, aprecié que el poeta Pedro Peix vestía impecable y tenía un entusiasmo como nunca lo he visto en ese mundo.

En mis años mozos había leído la obra compilada “La narrativa yugulada” (1981), en edición papel periódico, que agrupa los mejores cuentistas dominicanos, incluso a los poetas que escribieron cuentos en la literatura dominicana. Aunque criticada la edición, le había costado un gran esfuerzo al compilador, y ha servido de ayuda a la formación de muchos jóvenes escritores.

Pedro Peix es el poeta de la calle El Conde, su presencia estará en La Cafetera, de la que fue muy asiduo. Todos ahora comprenden el recuerdo que significa todos estos años de verlo transitar por esa calle de artistas e intelectuales.
Fue íntimo amigo del poeta Tony Raful.

Escribieron y colaboraron juntos en muchas actividades de orden literario. Cuando Antonio Fernández Spencer fue designado director de la Biblioteca Nacional, Pedro Peix pasó a ser miembro asesor del Centro de Investigaciones Literarias de dicha institución.

Pedro Peix Pellerano ha muerto, inesperadamente. El fue narrador, poeta, periodista. Fue productor de programa de radio y televisivo. Nació en 1952.

Se licenció de abogado, en 1976, en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña. En 1982 se desempeñó como director interino de la Biblioteca Nacional y, posteriormente, como subdirector de Cultura de la Secretaría de Estado de Educación.

Fue columnista del periódico Listín Diario. Fue un articulista categórico, y es bueno recordar su columna literaria ‘Entre Días’ en ese medio escrito.

Entre sus obras, casi todas premiadas, están: “La despedida” (1977), “Responso para un cadáver sin flores” (1978), “Los hitos” (1979), “La quimera de la muerte”, en 1992.

Eel escritor obtuvo Premio Nacional de Cuentos en 1977, con el libro “Las locas de la Plaza de los Almendros” (cuentos, 1978); “El placer está en el último piso” (novela, 1974); “La noche de los buzones blancos”, (cuentos, 1980); “El brigadier o la fábula del lobo y el sargento”, (novela, 1981); “Los despojos del cóndor” (novela, 1985); “Pormenores de una servidumbre” (cuento, 1985); “El parnaso de la memoria” (poesía, 1985).

En 1981 publicó la antología de cuentos dominicanos “La narrativa yugulada”, considerada uno de los compendios más completos del género en el país.



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