Santo Domingo.-“Manejar aquí es para valientes”, esta frase la utilizó Yésica, una joven conductora, para englobar las múltiples violaciones de tránsito que se registran día tras día en el país, las cuales convierten el sistema de transporte en un verdadero caos.
Se trata de “simples” infracciones, como bloquear los carriles para retornos aún cuando se va a continuar derecho, pisar la línea para el paso peatonal, no aguardar detrás de la fila al subir los elevados, entre otras, que se han vuelto un hábito.
“Manejar aquí es un caos, no hay empatía, la gente no quiere esperar un momento”, criticó la joven con un todo de decepción ante la problemática que en más de una ocasión le ha robado la paz.
Frecuentes
De todas las infracciones que establece el manual del conductor, más del 70 % son violadas frecuentemente y de forma colectiva por miles de conductores.
Dentro de estas se pueden citar doblar a la izquierda en lugares donde está prohibido, excesos en los límites de velocidad, conducir en vía contraria, montar y desmontar pasajeros donde no está permitido y el bloqueo de las intersecciones.
También a diario se violenta el cruce en rojo en semáforos, distracciones al usar el celular y el parqueo sobre las aceras.
Estas infracciones son cometidas en pleno centro de la ciudad y en muchas ocasiones a la vista de agentes de la Autoridad Metropolitana de Transporte.
Esto provoca congestionamientos y estrés a quienes intentan seguir las reglas.
La problemática se agrava en barrios como el ensanche La Fe, Villa Juana, Villa Francisca, 30 de Mayo, Los Alcarrizos y Los Mina, entre otros, donde calles de dos carriles son convertidas en un “camino vecinal” con parqueos de vehículos en ambos lados.
“Esto es un desastre total que nosotros los conductores y las autoridades debemos resolver, porque con el paso de los años se agrava”, manifestó Luis Rodríguez, quien es chofer del transporte público.
Problema de autoridad
Para el exdirector de Tránsito Andrés Martínez la vía para solucionar estas problemáticas es con un 80 % de autoridad para hacer cumplir la ley y un 20 % de educación.
Explicó que la “politiquería” ha provocado que la Amet pierda la autoridad que tenía al principio, al punto que ciudadanos se han atrevido a propinarles bofetadas.
“Es un problema de autoridad, porque si esta se aplicara, poniendo las multas correspondiente, y sobre todo, haciéndolas pagar, las cosas fueran diferentes”, consideró.
Ante esto propuso que se cree un sistema interconectado en el que a los ciudadanos que tienen multas pendientes se les prohíba, incluso, cambiar cheques y realizar otros procesos cotidianos.
“Donde quiera que el infractor se mueva debe salirle esa multa, de modo que se sienta obligado a pagar, porque aquí hay personas que tienen hasta 20 multas y andan conduciendo”, manifestó.
Según las estadísticas de la Amet, cada año el número de multas supera las 600 mil, muchas de las cuales no son pagadas.