Washington.-La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos puso fin esta semana al último de los estímulos monetarios aplicados para contrarrestar la crisis de 2008-09, al anunciar el inicio de la reducción de su gran cartera de deuda, un proceso sin precedentes por su magnitud y bautizado ya como “La gran retirada”.
De manera unánime, el banco central dirigido por Janet Yellen aprobó comenzar en octubre a desprenderse de manera “gradual y predecible” de su balance de deuda.
Esta cartera ha pasado de apenas 800,000 millones de dólares en 2008 a los actuales 4,5 billones de dólares, impulsada por la multimillonaria inyección de liquidez para reactivar la economía.
“Creo que los estadounidenses deberían sentir que los pasos que estamos tomando para normalizar la política monetaria, consideramos que están bien justificados, dado el progreso muy sustancial visto en la economía”, dijo Yellen en una rueda de prensa.
La Fed ya había dejado de comprar deuda dentro de su agresivo plan de estímulo monetario, ideado por su predecesor Ben Bernanke en 2008 y conocido como “relajación cuantitativa”, pero aún reinvertía los beneficios obtenidos.