Santo Domingo.-El Aeropuerto Internacional de las Américas fue cerrado ayer por casi tres horas, debido a una falsa amenaza de bomba que hiciera un pasajero de JetBlue cuando ya tenía más de dos horas de vuelo con destino a New York.
El pasajero, un dominicano con nacionalidad estadounidense e identificado como Frank Bruno Díaz, tuvo una discusión con los sobrecargos en pleno vuelo cuando dijo que él era un terrorista y que llevaba una bomba.
Entonces la aeronave se devolvió al AILA y tras aterrizar las autoridades cerraron la terminal.
La aeronave del vuelo 810 que viaja de Santo Domingo a New York es un A320, y fue llevado hasta la parte más remota del Aeropuerto Internacional de las Américas.
Lo estacionaron próximo a la denominada “carretera 35”, entre las salidas conocidas como “Eco 7 y “Eco 8”.
Revisión de pasajeros
Allí fueron bajados todos los pasajeros y se descargó por completo el avión para revisar los equipajes. La primera revisión fue la del pasajero que hizo la amenaza y la de dos mujeres que lo acompañaban, no encontrándose ningún elemento explosivo.
Posteriormente fueron revisados todos los pasajeros y sus respectivos equipajes.
Mientras todo eso ocurría todas las operaciones de la terminal aeroportuaria fueron paralizadas.
El avión había despegado con 150 pasajeros a bordo rumbo a New York a las 4:45 de la tarde y retornó al AILA a las 6:20. La revisión terminó a eso de las 8:45 de la noche, debiendo llevar nuevamente a los pasajeros a la terminal mientras se preparaba nuevamente la aeronave para viajar hacia su destino.
Pasajero detenido
El pasajero de la falsa alarma fue detenido y podría ser sometido a la Justicia en las próximas horas acusado de terrorismo.
El pasajero se enfrenta hasta a diez años de prisión por su acción, además de que automáticamente es vetado de por vida a volar por JetBlue y otras aerolíneas norteamericanas.
Mientras duró todo ese proceso fueron impedidos de despegar del aeropuerto los vuelos de Avianca, con destino a Colombia; Air Caribe, con destino a Francia, y Seaborne, que vuela a San Juan de Puerto Rico.
Las autoridades norteamericanas tiene rígidos protocolos ante la más mínima sospecha de atentados contra aviones comerciales y los casos de amenazas la tratan como delitos federales, con graves sanciones para los culpables.