La enfermedad de Parkinson podría originarse en las profundidades del sistema digestivo, según un nuevo estudio realizado por científicos estadounidenses.
La investigación, publicada en la revista Science Translational Medicine, halló que las personas a las que se les había extirpado el apéndice tenían menos posibilidades de desarrollar esta enfermedad neurodegenerativa.
Y el apéndice, un órgano cuya utilidad aún sigue en duda, también demostró ser un reservorio de la sustancia que mata las células cerebrales.
De acuerdo a la organización de investigación y apoyo sin fines de lucro Parkinson UK, el hallazgo representa la evidencia más contundente de que el origen de la enfermedad puede situarse fuera del cerebro.
Vínculo
En el mal de Parkinson, proteínas tóxicas se acumulan en el cerebro y matan nervios, sobretodo aquellos vinculados al movimiento.
Pese a que puede parecer contraintuitivo, cada vez es mayor la evidencia que apunta a que el aparato digestivo tiene un vínculo con la enfermedad.
Investigadores del Instituto de Investigación Van Andel, en Michigan, Estados Unidos, analizaron información de 1,7 millones de personas a lo largo de medio siglo.
El análisis reveló que el riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson era un 20% más bajo en las personas a las que les habían quitado el apéndice.
Proteína tóxica
El apéndice es una pequeña bolsa localizada en la entrada del intestino grueso. Es, probablemente, el órgano vestigial (que no tiene uso) más conocido del cuerpo humano.
Un análisis del contenido del apéndice mostró que contiene la misma proteína tóxica -llamada alfa sinucleína– que se encuentra en el cerebro de los pacientes con Parkinson.
El apéndice no es, obviamente, el único factor que entra en juego en esta enfermedad. En ese caso, extirpándolo se resolvería el problema.
Pero los investigadores argumentan que el sistema digestivo es un terreno fértilpara esta proteína, que luego viaja a través del nervio vago hasta llegar al cerebro.
Problemas digestivos
Viviane Labrie, una de las investigadoras que participó en el estudio, recalcó que no recomienda a la gente extirparse este órgano.
«No estamos promoviendo la apendicectomía como forma de protegerse contra la enfermedad de Parkinson».
«Sería mucho más sensato controlar o reducir la formación excesiva de alfa sinucleína para reducir su superabundancia o para prevenir, potencialmente, que se escape».
El interés por el rol del sistema digestivo en el desarrollo del Parkinson está creciendo.
Los pacientes reportan por lo general problemas digestivos. Cortar el nervio vago está vinculado a un Parkinson menos severo, y estudios en animales indican que las bacterias que viven el sistema digestivo son clave.
Diferencias
«Esta investigación es verdaderamente importante porque nos brinda una de las evidencias más contundentes hasta el momento de que el Parkinson puede iniciarse fuera del cerebro, y esto es una idea revolucionaria que está empezando a surgir en el mundo científico», señaló Claire Bale, de Parkinson UK.
«Entender dónde y cómo se origina el Parkinson será absolutamente crucial para desarrollar tratamientos que pueden detenerlo y potencialmente evitarlo».
El estudio mostró que casi todas las personas estudiadas tenían proteína alfa sinucleína en su apéndice.
Y hallaron algunas diferencias en la estructura de la proteína entre las personas sanas y las que sufrían Parkinson.
Sin embargo, la búsqueda del origen del Parkinson aún no puede responder por qué la enfermedad aparece en algunas personas y en otras no.