Sería una pena que calmada la tempestad dentro del PLD las autoridades desistan de la persecución contra supuestos corruptos. Si ocurre así, entonces queda evidenciada la intención política.
Hace unos meses expresé que muchos leales amigos de Leonel Fernández creemos que nunca debió mover ni un dedo para defender allegados suyos llamados a rendir cuenta por su espeluznante cambio de fortuna. Quienes quieran servir a un político haciendo lo indebido saben cuáles riesgos asumen.
Opiné además que ningún dominicano sensato debería oponerse a dilucidar denuncias de corrupción administrativa, hasta aquellas iniciadas sólo por el rumor público. Nadie debe dudar que el gobierno posee una formidable capacidad para investigar por vía de la Dirección General de Impuestos Internos y el DNI cómo y por dónde se mueve el dinero cuyo origen o destino puede que interese al Poder Judicial.
Benjamín Franklin decía “lo único seguro es la muerte y los impuestos”… Esa certeza sirvió para fundar imperios; burlarla equivale a vudú y desenfreno.