La cartera de obras de la constructora brasileña Odebrecht en América Latina creció tanto en los últimos tiempos que abarcó desde una central hidroeléctrica en la Patagonia argentina hasta un complejo petroquímico en México.
Odebrecht es actualmente la mayor firma regional de ingeniería y construcción, con proyectos ejecutados o en marcha en 12 países latinoamericanos y caribeños.
«El continente es nuestro principal foco de mercado fuera de Brasil», indicó a BBC Mundo Márcio Polidoro, director de comunicación de Odebrecht Infraestructura-América Latina.
Y señaló que el «backlog» (conjunto de contratos en cartera) de la empresa en la región llega a US$18.000 millones de dólares.
Sin embargo, las obras de Odebrecht parecen despertar una creciente preocupación en países latinoamericanos tras el arresto del presidente del conglomerado el mes pasado en Brasil.
Marcelo Odebrecht, que como tercera generación al frente de la empresa había impulsado su expansión regional, fue detenido el 19 de junio por su presunta vinculación con un esquema de sobornos para obtener contratos con la petrolera estatal brasileña Petrobras.
Desde entonces se ha anunciado el inicio de auditorías de contratos con Odebrecht en tres países latinoamericanos -Perú, Ecuador y Panamá- mientras en otros se sigue de cerca la situación de la empresa.
Y muchos se preguntan qué va a pasar con el gigante regional de la construcción.
«Va y ejecuta»
Fundada en 1944 por el ingeniero Norberto Odebrecht, abuelo de Marcelo, la constructora tuvo una estrategia eficaz y agresiva de crecimiento que le permitió actuar en 21 países de cuatro continentes.
Esa internacionalización comenzó a fines de la década del ’70 en América Latina, con la firma de contratos para trabajar en proyectos hidroeléctricos en Perú y Chile, sostuvo Polidoro.
El proceso se consolidó en los últimos tiempos cuando la empresa ganó decenas de contratos a lo largo y ancho del hemisferio, incluso en Estados Unidos, en buena medida gracias a su fama de diligente, señalan expertos.
La constructora obtiene actualmente 49% de sus ingresos fuera de Brasil y sólo el año pasado facturó el equivalente a mas de US$33.000 millones.
«Odebrecht tiene competencia en ejecución de obras: tiene un equipo de personas que va y ejecuta.Y por causa de eso terminó siendo muy buscada por los gobiernos», dijo Sergio Lazzarini, profesor de la escuela de negocios Insper de São Paulo, a BBC Mundo.
Además de construir otras centrales hidroeléctricas en la región, Odebrecht realizó -sola o en consorcios- carreteras, autopistas y puentes en Argentina, Colombia, Ecuador, Guatemala, Perú, República Dominicana o Venezuela.
Pero sus proyectos latinoamericanos están lejos de limitarse a eso.
Obras y más obras
Venezuela, que se volvió un gran cliente de Odebrecht bajo los gobiernos de Hugo Chávez y su sucesor Nicolás Maduro, es todo un ejemplo de la versatilidad de la empresa.
En ese país Odebrecht ha participado en obras del aeropuerto internacional de Maiquetía, la línea 2 del metro de Los Teques, un teleférico de Caracas, complejos habitacionales y agroindustriales para producir etanol, y la refinería de Puerto la Cruz entre otros proyectos.
En México la empresa integró una joint venture para construir Etileno XXI, que define como «el complejo petroquímico más importante» del país en los últimos 20 años y tendrá como actividad principal la producción de polietileno en Nanchital (Veracruz).
Odebrecht también debutó en Cuba para realizar la ampliación de Puerto Mariel, una iniciativa defendida por la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, en la campaña electoral del año pasado ante cuestionamientos de sus opositores.
El proyecto incluyó la construcción de una terminal de contenedores de 700 metros de extensión, con autopistas de acceso y ferrovías hasta La Habana, a 45 kilómetros de distancia.
Este y varios otros contratos de Odebrecht en la región contaron con financiamiento del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), una entidad estatal brasileña.
Odebrecht recibió desde 2007 créditos por US$8.200 millones del BNDES para contratos de exportación de servicios, lo que equivale a 70% del total concedido por el banco a distintas empresas para financiar obras en el exterior.
Pero el subsidio estatal a Odebrecht, un importante donador en campañas electorales brasileñas, ha estado últimamente bajo escrutinio.
En abril se supo que el Ministerio Público Federal pidió información sobre los créditos a la empresa para obras en Latinoamérica y Africa.
Según indicó la revista Época, el objetivo era aclarar si el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva utilizó su influencia para que Odebrecht lograse contratos con gobiernos extranjeros.
Sin embargo, ninguna investigación formal ha sido anunciada hasta ahora y Lula, Odebrecht y el BNDES niegan haber actuado de forma indebida.
Bajo sospecha
Ahora otros países comenzaron a indagar contratos con Odebrecht tras el escándalo de corrupción en Petrobras y el arresto del presidente de la constructora, calificado como innecesario e ilegal por la propia empresa.
La Contraloría General de Perú indicó la semana pasada que había remitido al Ministerio Público el resultado de auditorías que detectaron presuntas irregularidades en obras de la carretera interoceánica norte y sur, en las cuales participó Odebrecht.
Los problemas identificados van desde el proceso de licitación y concesión de obras «sin cumplir con los requisitos técnicos legales» hasta «la colocación de pavimentos en espesores menores a lo ofertado», señaló un comunicado que el órgano peruano de contralor envió a BBC Mundo.
En Ecuador, la Contraloría General decidió a fines de junio auditar todos los contratos del país con Odebrecht, que incluyen la construcción de rutas, un acueducto y tuberías para el transporte de gasolina entre Guayaquil y Cuenca.
También la Contraloría de Panamá anunció a fines de junio una auditoría de la obra de construcción de la línea uno del metro capitalino, que Odebrecht realizó junto con la española FCC.
No obstante, tras ese anuncio un consorcio integrado por la constructora brasileña ganó la licitación para renovar la ciudad panameña de Colón, un proyecto por US$537 millones.
«Acciones normales»
Consultado sobre las auditorías abiertas en la región, Polidoro sostuvo que «son acciones normales y corrientes en contratos de grandes obras públicas como las ejecutadas por la empresa».
«Lo importante es que en 36 años de actuación internacional, Odebrecht Infraestructura nunca tuvo una condena judicial en ninguno de los países donde actúa. Todos nuestros contratos son resultado de licitaciones públicas», agregó.
Pero la situación actual de Odebrecht también provocó advertencias del gobierno de Colombia, donde la constructora realiza proyectos viales y de mejora de la navegabilidad del río Magdalena.
El vicepresidente colombiano, Germán Vargas Lleras, señaló que si la constructora recibiese alguna condena en el extranjero por corrupción podría quedar inhabilitada para ejecutar contratos de obra pública en el país.
«Una vez que la empresa (está) bajo investigación, comienza a tener cuestionamientos y riesgo de revaluación de crédito: eso no ayuda», sostuvo Lazzarini.
«Pero es una empresa muy grande», añadió. «De repente tiene caja y puede continuar sus operaciones».