La pregunta más frecuente que se le hace al consumidor, sea en un restaurante, tienda, mercado o cualquier otro establecimiento, es si su factura lleva Registro Nacional de Contribuyente (RNC), en clara alusión de que el establecimiento está dispuesto a rendirle factura sin el Itebis, o si este no sea el caso, al menos con la intención de evadir pagar al fisco dicho valor y retener esa suma para sí.
Además de esta actitud estar en violación de la ley, las buenas prácticas y contra las posibilidades de una nación viable, refleja una clara intención de evasión de responsabilidades y lucro inmoral.
No puede ser que en un país tan dependiente del endeudamiento para cuadrar su presupuesto, se tolere esta actitud.
Y este caso no es solamente de comercios, sino que también esta enormemente extendida en los servicios, como en los casos de tareas legales, de construcción o salud.
Tan inverosímil es esta evasión, como inconcebible es que quienes lo pagan son incapaces de reclamar una facturación con RNC y con ello contribuir al saneamiento fiscal de las finanzas públicas, que al fin de cuentas son las finanzas de todos.
No habría en el país mayor reforma fiscal, sin considerar el importante componente del gasto, su calidad y cantidad, que lograr que todos y todo paguen su cuota del Itebis, incluyendo los hoy exentos, aunque con tarifas diferenciadas de acuerdo con la representación del gasto en proporción a las primeras necesidades de la población.
No podemos seguir viviendo en un país donde la práctica de la evasión fiscal sea tan descarada e impune.
¿Cómo quejarse del dispendio y gasto público si no se contribuye a su financiación?
Estamos convencidos que mientras más sea el peso impositivo del ciudadano, con mayor firmeza exigirá la eficiencia y pulcritud en el gasto público, asumiendo las responsabilidades que le corresponde en proporción al gasto que sustenta.