Guillermo Moreno no se da por vencido y vuelve con el tema de los “barrilitos” y “cofrecitos” que descaradamete se embolsillan nuestros senadores y diputados dizque “para hacer obras sociales”.
Aboga porque los millones de pesos que cada mes se reparten los legisladores en ambas cámaras por encima de sus sueldos legales, que esos dineros les sean retirados y destinados a causas nobles o proyectos reproductivos bajo la supervisión del Estado.
No se trata solamente de que la moral y la ética salen maltrechas mes tras mes en la propia casa donde se hacen las leyes, sino que, como bien señala Moreno, la piñata en cuestión implica una reiterada violación a la Constitución en varios de sus artículos, que señalan cuáles son las verdaderas atribuciones del Senado y de la Cámara de Diputados.
Guillermo Moreno no está solo cuando clama por la supresión del “barrilito” y el “cofrecito” en el Presupuesto para 2014 y los años subsiguientes.
Otras instituciones y muchos ciudadanos particulares, incluyéndonos a nosotros, hemos reclamado repetidas veces la eliminación de esa ignominia.
Pero los “honorables representantes del pueblo” permanecen sordos, ciegos y mudos en medio de los lamentos de sus “representados”.
Cabe aquí aplicar, mejor que nunca, el refrán que dice: “El que hace la ley, hace la trampa”.
¡Qué vergüenza! ¡Qué abuso!