SANTO DOMINGO.-Son ricas y nutritivas, sin importar su temperatura, pues se comen frías o calientes.
Las habichuelas con dulce, el postre emblema de la Cuaresma, es una marca de la identidad nacional y tradición gastronómica, que para muchos es enigmática, pero una delicia a la que por sus características pocos pueden resistirse.
Este postre, que forma parte de la cultura, de acuerdo a la chef internacional y asesora gastronómica del Ministerio de Turismo (Mitur) Esperanza de Lithgow, su origen aun sigue siendo un desafío, y aunque antropólogos e historiadores afirman que es una herencia francesa que llega de Haití y que adquiere sus características fundamentales en el contexto de los alrededores de la ciudad de Santo Domingo, dice que este plato se remonta a los tiempos de la inmigración árabe, a finales del siglo 19 y principios del 20.
Origen de la tradición
En este sentido la experta en la cultura culinaria indicó: “De hecho las habichuelas con dulce provienen de la adaptación del postre de cuaresma llamado Ashure o pudín de Noé, y no se conoce otro país donde la realicen”.
De Lithgow explicó que los postres de Cuaresma en el país varían de acuerdo a la región, ya que en el Cibao consumen habichuelas con dulce y arroz con leche, en el Suroeste la tradición es el chacá, las habas con dulce y el majarete y en el sureste las habichuelas con dulce, arroz con leche, majarete y harina de trigo con dulce.
También hay personas que la preparan con granos, otras los licuan y en otros casos le dejan sólo unos cuantos.
Cualidades
—1— Creatividad
Varían de acuerdo a los gustos, muchos la hacen con leche de vaca, otros con leche de coco o cualquiera del mercado.
—2— Aportes
Contiene muchas proteínas y calcio.
—3— Costumbre
Se come Viernes Santo, y Domingo Santo.