Tokio.-El hallazgo del cadáver de una niña de 13 años presuntamente asesinada ha conmocionado hoy a Japón, al tiempo que un compañero de colegio que se encontraba con ella el pasado miércoles, la última vez que la menor fue vista con vida, continúa desaparecido.
Natsumi Hirata, originaria de Neyagawa (prefectura de Osaka, oeste del país), fue vista por última vez por sus familiares el pasado 12 de agosto, y su madre notificó su desaparición a la policía dos días más tarde, según recogen hoy los medios nipones.
Un escolar de 12 años y compañero de Hirata, Ryoto Hoshino, también fue visto por última vez en la noche del pasado miércoles, cuando dijo a su madre que iba a encontrarse con la niña, según informó hoy la agencia nipona Kyodo.
El cadáver de Hirata fue hallado en la noche del jueves, un día después de su desaparición, en un aparcamiento en la localidad de Takatsuki (prefectura de Osaka), aunque su identidad no fue confirmada hasta hoy por la policía nipona, informó la cadena estatal NHK.
La víctima se encontrada maniatada y con la cabeza cubierta con cinta adhesiva, y presentaba múltiples cortes en diversas partes del cuerpo y marcas en el cuello que podrían ser indicios de estrangulamiento, informó la agencia local Kyodo.
La autopsia reveló que la menor habría muerto por asfixia unas cuatro o cinco horas antes de que su cuerpo fuera hallado a las 23.30 local del día 13 (14.30 GMT).
La policía investiga actualmente las imágenes captadas por las cámaras de seguridad del aparcamiento, en las que aparecen dos coches que estacionaron en el mismo lugar donde se encontró el cadáver poco antes de su hallazgo.
Mientras tanto, las autoridades niponas continúan a la búsqueda de Hoshino, de quien no se han tenido noticias desde el día de la desaparición de ambos.
Las cámaras de seguridad de una tienda 24 horas captaron a los dos niños caminando juntos en la noche del miércoles en una zona cercana a donde ambos vivían, según la policía.
Asimismo, en la madrugada del miércoles al jueves la niña avisó a sus amigos de que iba a pasar la noche fuera de casa a través de una aplicación de mensajería para teléfonos móviles, y desde entonces no respondió a mensajes ni a llamadas de sus allegados.