Santo Domingo.-Las secuelas de los esguinces de tobillo pueden desaparecer gracias a la técnica de la artroscopia. Un esguince es una lesión que supone un estiramiento, una torsión, una distensión e, incluso, una rasgadura de los ligamentos.
Los más frecuentes suelen ser en la muñeca, el codo, la rodilla y, sobre todo, en el tobillo.
El problema no recae sólo en el hecho de tener esguince, que provoca dolor e inflamación de la zona afectada y, por tanto, una inmovilización temporal, sino en las consecuencias que puede suponer esta lesión.
De acuerdo al ortopeda traumatólogo Andy de León gracias a la técnica de artroscopia de tobillo se localiza la zona cicatricial patológica y se puede llegar a eliminar, y hacer desaparecer con ello cualquier tipo de dolor o molestia. Indicó que lo más importante es, una vez diagnosticado, realizar un tratamiento adecuado al esguince.
De la misma forma, recomienda ser conscientes en todo momento de que se trata de una lesión que, como todas, deja una cicatriz, que es la reacción natural del tejido del organismo, por lo que es inevitable cierta pérdida de la elasticidad del ligamento.
No obstante, este hecho no es óbice para, por ejemplo, que los pacientes renuncien de forma definitiva a practicar deportes o a realizar cualquier actividad que realizaban de forma natural antes del problema.
El procedimiento
El galeno también dijo que la artroscopia consiste en abrir dos pequeños orificios en el tobillo –no es necesario abrir la articulación- a través de los cuales se trabaja para, mediante avanzadas técnicas médicas, anclar un sistema en el hueso que permite tensar el ligamento enfermo y proporcionarle de nuevo la fuerza que había perdido.
“La principal ventaja de esta técnica está, por tanto, en poder eliminar las consecuencias del esguince sin realizar una cirugía que sea más invasiva que la propia cicatriz que se pretende eliminar.
Además, la recuperación es muy rápida y el paciente percibe la mejoría en un periodo de tiempo relativamente corto y sin traumas”, concluyó.