En otro día agitado para la FIFA y la Copa Mundial, la entidad rectora del fútbol suspendió el proceso de presentación de candidaturas para organizar el torneo de 2026.
El secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, dijo que “no tendría sentido” iniciar el proceso ahora, en medio de un creciente escándalo de corrupción precipitado por una causa abierta en Estados Unidos. Valcke habló durante una conferencia de prensa conjunta con los organizadores del Mundial de 2018 en Rusia.
También defendió su papel en un supuesto soborno de 10 millones de dólares que se vincula al proceso que designó a Sudáfrica como sede del Mundial de 2010.
“Voy a responder a todas las preguntas. No tengo nada que esconder”, dijo Valcke. El huracán desatado por las investigaciones en Estados Unidos y Suiza ensució más la imagen de la FIFA y provocó la renuncia de su presidente, Joseph Blatter.
La FIFA tenía previsto escribir a sus 209 federaciones miembro esta semana para explicar el calendario y las normas del proceso. Michel Platini, un ex aliado de Blatter y ahora favorito para reemplazarle en el cargo, criticó a la FIFA y al mismo tiempo elogió que se pusiera freno al proceso para la sede mundialista de 2026.
“Ahora mismo no tenemos liderazgo en la FIFA, por lo que la suspensión es normal”, dijo el presidente de la UEFA en una rueda de prensa en París.
Entre los potenciales aspirantes están Estados Unidos, México, Canadá y países europeos. La FIFA informó que su comité ejecutivo se reunirá para determinar la fecha de la elección en un conclave especial el próximo mes, posiblemente el 24 de julio en San Petersburgo, Rusia, donde los investigadores suizos y estadounidenses no podrán interrogar a nadie.
Las normas de la FIFA precisan que las elecciones se realicen cuatro meses después del plazo límite para presentar candidaturas.
Los aspirantes a presidente deben ser avalados por cinco de las 209 federaciones que tienen derecho a voto en la FIFA. El que Blatter no haya renunciado de inmediato “no le hace un favor tanto a él como al fútbol”, dijo el alemán Wolfgang Niersbach, miembro del comité ejecutivo.
Hace dos semanas, la FIFA se sumergió en una crisis sin precedentes cuando las autoridades estadounidenses acusaron a 14 personas por sobornos, crimen organizado y lavado de activos. Siete dirigentes de la FIFA fueron arrestados en Zúrich y aguardan ser extraditados a Estados Unidos.
Pese al furor causado por los arrestos, Blatter logró ser reelegido para un quinto mandato como presidente. Uno de los siete individuos acusados presentó una solicitud de fianza, pero las autoridades suizas no lo identificaron. La justicia suiza deberá determinar si debe permanecer detenido.
Aunque el nombre de Blatter no aparece en el auto acusación de 164 páginas —en el que se asegura que se repartieron 150 millones de dólares en sobornos en torneos de la Conmebol y la CONCACAF— fuentes al tanto del caso afirman que el dirigente suizo es blanco dentro de la investigación.
Valcke, sin embargo, ha sido cuestionado por su vinculación directa a un desembolso de 10 millones de dólares hecho por la FIFA en lo que las autoridades de Estados Unidos sostienen fue para pagar sobornos a miembros del comité ejecutivo para que votaran a favor de Sudáfrica como sede del Mundial 2010.
Con tono vehemente, Valcke reiteró las explicaciones que la FIFA ha dado en su defensa: que sólo se encargó de firmar las transferencias de dineros que los sudafricanos aprobaron de sus fondos destinados para organizar el Mundial y que fueron autorizados por el entonces director de la comisión de finanzas de la FIFA, el argentino Julio Grondona, quien falleció el año pasado.
“Yo soy quien firma todos los contratos de la FIFA”, dijo Valcke, quien asumió funciones apenas meses antes de las transferencias de dinero a cuentas del ex vicepresidente de la FIFA Jack Warner. Valcke insistió que el dinero del supuesto soborno no era de la FIFA y cuestionó el que estuviera en la mira de la prensa internacional.
“Ustedes han decidido que, después de Blatter, que mi cabeza sea la siguiente en caer. Está bien”, dijo Valcke, un francés que previamente trabajó como periodista de televisión. “Pero no hablen que es por los 10 millones”.
Valcke y el ministro de Deportes ruso, Vitaly Mutko, quien también es miembro del comité ejecutivo de la FIFA, reiteraron que la sede 2018 se otorgó limpiamente. Tanto Rusia como Catar, que albergará el Mundial 2022, se exponen a perder las sedes si se comprueba que el proceso estuvo viciado.