Santo Domingo.-El nombre de Marisol Henríquez es una marca dominicana que brilla en las pasarelas internacionales y sus diseños tienen el sello del tejamaní en cada una de sus colecciones, trabajo artesanal que ella ha trasladado del campo a la moda.
A mediados de febrero y por sexta ocasión, la moda neoyorquina recibe en sus escenarios el talento de esta consagrada diseñadora, y en esta ocasión, con el nombre “The charm of my roots”, Henríquez se reinventa en el Couture Fashion Week de Nueva York.
La propuesta de Henríquez está caracterizada por el encanto y la elegancia, expresados en cada uno de sus diseños.
El uso de distintas texturas, como el shantú de seda, gazar de seda, sharmous de seda, podesua, seda fría y otras del tipo Novelty Frabic, impregnan versatilidad y originalidad, en especial por las combinaciones que ella utiliza en cada una de sus salidas.
Esta colección se identifica por el uso de colores como el negro y blanco, los cuales juegan un papel preponderante, aunque los marrones, dorados y rojos están presentes.
Formas geométricas
“The charm of my roots”, explica Henríquez, está enmarcada por elegantes cortes de sirena, imperio, geométrico, corte A y recto, entre otros.
Su participación, la cuarta en el escenario del Couture Fashion Week, tuvo las mejores críticas, lo cual le ha permitido posicionar su marca y el nombre de República Dominicana en los espacios que dan cabida a la moda.
Henríquez afirma que la creatividad es un ritual que se hace presente en cada una de sus colecciones.
En esta ocasión, el nombre de la línea responde al espíritu de buen gusto que ha caracterizado sus diseños con imponente sello artesanal.
Sobre su experiencias, comenta: “El arte de crear es una fascinación que no tiene límites y mostrar lo que hacemos y que sea valorado es la mayor satisfacción.
