Santo Domingo.- Es muy frecuente en las personas suponer que alguien que no habla mucho o simplemente está callado no se está comunicando.
Y es que tenemos la tendencia de creer que los más “comunicativos” son aquellos extrovertidos o los que no paran de hablar.
Con esta creencia estamos desestimando que el mayor poder de la comunicación se encuentra en lo que el cuerpo habla y lo que la boca calla.
De acuerdo a Licelotte Baiges, Life Coach, el objetivo primario de la comunicación es hacernos entender y entender a los demás.
Sin embargo, dice, mientras no desarrollemos la habilidad de observar las expresiones faciales, los gestos, la postura y otras manifestaciones corporales no estaremos recibiendo la verdadera retroalimentación de la recepción de nuestros mensajes.
La riqueza del lenguaje
Explica que la gran riqueza comunicacional se encuentra en el lenguaje no verbal, que dicho sea de paso es considerado el más honesto, porque es el resultado de nuestro estado emocional interno, mientras que las palabras siempre podrán ser manipuladas o intencionalmente dirigidas por nuestro lóbulo frontal. Llegar a adquirir esa agudeza sensorial que nos permite “leer” las emociones se puede lograr buscando percibir las cosas a nuestro alrededor con la mayor cantidad de sentidos posibles. Pero no todas las personas prestan atención a las mismas cosas.
Dijo que unas tienen una capacidad de observación muy afinada, mientras otras hacen una abstracción. “Mi marido me abandonó, y yo pensé que todo estaba bien”, “Me llamaron del colegio y me dijeron que mi hijo tiene dos años usando drogas”, “Mi socio me dejó en bancarrota, algo que nunca hubiese imaginado”, son algunos ejemplos que evidencian una baja percepción sensorial.
Explicó que al abrir nuestros canales sensoriales, nuestras experiencias del mundo se vuelven más ricas y obtenemos una retroalimentación más detallada sobre cómo nos estamos comunicando con respecto a los resultados que deseamos obtener.
“El resultado de nuestra comunicación está en la respuesta que obtenemos de nuestro interlocutor”, concluyó.