New York.-El poder del receptor dominicano de los Yankees Gary Sánchez se esconde detrás de una expresión tranquila, y del bate que descansa en el hombro derecho antes de un lanzamiento, detrás de la careta azul, cuando se agacha tras del plato y cuando su brazo derecho descansa en la rodilla.
Sólo en aquel último instante antes del tiro o cuando el corredor comienza a acelerar en las almohadillas es que demuestra dicho trueno.
Luego todo es evidente: el quisqueyano tiene un poder innato en su bate y su brazo que lo hace un cátcher con dos de las herramientas más devastadoras en las Grandes Ligas.
Statcast™ puede medir aquel poder de doble filo. Sánchez le pega y tira la bola con una de las mayores potencias para un catcher.
Soberbio
Desde que ascendió a las Mayores en agosto del año pasado, el 47 % de los picheos los ha bateado con fuerza – por encima del promedio de Statcast™ de 95 millas por hora – cifra que lo coloca entre los mejores 10 de 307 bateadores con al menos 250 bolas bateadas desde 2016 y la mayor cantidad para su posición.
Cuando los corredores intentan robarse una base, la velocidad promedio de los tiros de Sánchez hacia la segunda base es de 85.9 millas por hora, la mayor velocidad en la Gran Carpa.
Es una combinación que marca la diferencia y que pocos receptores podrían igualar.
Calidad
Sánchez no ha defraudado. Mientras su corpulento compañero en los Bombarderos,Aaron Judge, ha llamado la atención con una primera mitad digna del premio al Jugador Más Valioso, Sánchez siguió su campaña de novato con 20 jonrones en 2016 con su primera convocatoria al Juego de Estrellas este año.
“Es impresionante. Cuando observas a Aaron Judge junto a los demás, todos lucen pequeños. Pero Gary también es un muchacho acuerpado”, señaló el capataz de Nueva York, Joe Girardi.