Bloomberg News.-Son tiempos difíciles para las compañías petroleras. Los precios del crudo cayeron 60 por ciento desde junio último, la demanda se mantiene relativamente floja y el mundo sigue produciendo todavía más petróleo del que necesita.
Por no mencionar que, siendo más difícil encontrar petróleo y más caro extraerlo, las petroleras gastan más por cada barril que producen –no precisamente una receta para ganancias estables.
Sin embargo, ExxonMobil, la compañía petrolera más grande de los Estados Unidos, acaba de informar que tuvo una ganancia de US$6,500 millones en los últimos tres meses de 2014.
La cifra está muy por debajo de los US$8,300 millones que ganó durante el mismo período un año antes, pero dadas las circunstancias, podría haber sido mucho peor.
El precio del crudo promedió US$73 el barril en el último trimestre, en comparación con US$97 un año antes. Por lo tanto, si bien la ganancia de Exxon cayó 21 por ciento, el precio del petróleo bajó 25 por ciento.
El lunes por la tarde, las acciones de Exxon se negociaban en torno de US$88 –más o menos donde estaban hace un año, pese a que el petróleo está un 50 por ciento más barato ahora que en febrero.
Las acciones de Exxon resistieron frente a los precios del petróleo en baja.
A los competidores de Exxon les está resultando mucho más difícil ganar dinero. Las ganancias de Chevron en el cuarto trimestre bajaron casi 30 por ciento, y ConocoPhillips en realidad perdió dinero el último trimestre (la primera vez que esto ocurre desde 2008).
BP informará sus ganancias recientes mañana, pero considerando el problema actual de la empresa por el derrame de Deep Horizon en 2010, es poco probable que anuncie un trimestre brillante.
Teniendo en cuenta los crecientes pasivos de BP en el Golfo, y lo que parece ser un período sostenido de precios bajos, hay incluso rumores de que la compañía podría estar lista para una compra este año.
¿Una de las supuestas candidatas? Exxon, por supuesto.
Es prematuro comenzar a hablar de una posible fusión BP-Exxon, pero la caída actual en los precios del petróleo podría abrir paso a una era de mega-fusiones parecida a la de fines de los años 1990 y comienzos de 2000.
Y todo es parte de un ciclo de negocios normal: una década de precios altos del petróleo generó cantidades sin precedente de inversión, en tanto las empresas apuntaron al crecimiento y la cuota de mercado. Ahora, con los precios en baja y la demanda estancada, el juego está en consolidar y comprar rivales.
Es cuando los fuertes se vuelven más fuertes y en este momento, ninguna compañía petrolera está en mejor posición que Exxon. Fadel Gheit, analista petrolero de Oppenheimer, considera que Exxon está actualmente al acecho y podría realizar una “adquisición masiva” en algún punto, antes de que los precios vuelvan a subir.
“Es el momento de avanzar con todo”, dijo Gheit. “Y esta es la empresa que puede permitirse hacerlo”.