Juan Dólio, San Pedro.-Lo que parece una historia sacada de una película de terror ha conmocionado a tres familias de igual número de choferes que fueron encontrados enterrados en una fosa común, ubicada en terrenos abandonados de esta localidad.
Se trata de crímenes horrendos cometidos sucesivamente por una banda de asaltantes que tenía su radio de operación en la región Este del país.
Luego de ser contratados por los desaprensivos para realizar giras o cualquier servicio de transporte, los choferes eran lanzados vivos a una fosa cuya profundidad es superior a los 40 pies, según han podido establecer las autoridades.
Posiblemente algunas de sus víctimas no murieron al instante y vivieron escenas de terror en aquel oscuro lugar acompañados de cadáveres.
Los tres cadáveres fueron encontrados con cinta adhesiva en la boca.
El móvil de estas acciones era despojar a los transportistas de sus vehículos y posteriormente venderlos presuntamente en la vecina nación de Haití.
“Se trata de una red que no solamente tiene repercusiones nacionales, sino que puede que trascienda la frontera ”, argumentó Enrique Estévez de León, uno de los fiscales que tiene a su cargo el caso.
Secuencia de muertes
El 17 de septiembre de 2015 fue encontrado amordazado y con signos de violencia en las aguas del río Higuamo de esta provincia el cadáver del chofer Vidal Dionisio Berroa Manzuela.
Por este crimen fue apresado Hugo Zorrilla Alfonseca, quien es sindicado como uno de los cabecillas de la banda. Es hijo de un coronel de la Policía.
En esa ocasión se le dictó tres meses de prisión preventiva, sin embargo se le varió la medida y quedó en libertad. Al parecer el río ya no era un lugar seguro para depositar cadáveres y el 20 de abril de este año Zorrilla Alfonseca, acompañado de otros presuntos autores, habrían lanzado a la fosa que está próximo al club Guavaberry el cadáver del chofer Jary Wilson Rodríguez.
Esta nueva víctima, residente en Sabana de la Mar, pertenecía a la Unión Nacional de Transportistas Unificados y Afines (Unatrafin).
Diez días después, es decir, el primero de este mes, fue reportado como desaparecido el chofer David Polanco, de 40 años, cuyo cuerpo fue lanzado en la misma fosa que Rodríguez.
“Ay mi amor, cómo te me hicieron esto, Dios mío, mira donde te tiraron”, gritaba desconsolada su esposa Rudelkis Fría Castillo.
Polanco, miembro de una asociación de transporte de San Pedro de Macorís afiliada a Fenatrano, era el soporte de su familia, compuesta por tres niños menores de edad. Sin embargo, este no fue el último blanco de los asaltantes. Hace catorce días desapareció el transportista, German Arredondo, quien también fue enterrado en la fosa común donde habían lanzado a los otros dos choferes.
Los vehículos de estas cuatro víctimas, que en su mayoría eran minibuses de 15 pasajeros, no han sido localizados.
Apresamiento
Luego de investigaciones y con varios elementos probatorios, las autoridades apresaron nueva vez a Hugo Zorrilla Alfonseca y Radhamés Antonio Rodríguez, quienes tras los interrogatorios indicaron el lugar y orden en que se encontraban los cadáveres.
En el caso las autoridades también han involucrado a Divanis Adames Lorenzo.
Así mismo es perseguido un haitiano solo identificado como Yan, quien habría actuado como el enlace de la red para llevar los vehículos a la vecina nación.