Mis 12 deseos

JARABACOA, La Vega.- Retirado del mundanal ruido citadino, con 10 grados de temperatura -que favorecen el pensamiento reposado y deshacen la termocefalia tropical del atraso- escribo mis doce deseos en el inicio de un 2012 que algunos avizoran aciago.
1.- Que mis conciudadanos acudan masivamente a las urnas para escoger su destino, en un ejercicio de conciencia ciudadana fundada en lo que más convenga al país.
2.- Que las elecciones constituyan una fiesta democrática, un ámbito de transparencia e institucionalidad sin los tradicionales resabios y los inquietantes pataleos.
3.- Que podamos asir con manos firmes y unificadas sin importar las ideologías- la Estrategia Nacional de Desarrollo, para sepultar el Estado de las sempiternas rupturas.
4.- Que nos volvamos fundamentalistas en el cumplimiento de la ley, el fortalecimiento de las instituciones y del Estado de derecho.
5.- Que la paz social, la buena convivencia y la solidaridad nos invadan.
6.- Que en ninguna parte del país el núcleo familiar sea centro de producción de gente torcidas moralmente.
7.- Que desaparezca la concepción del Estado-piñata, el Estado-botín que sólo recompensa el caravaneo, las relaciones de aposento y posterga el talento y la vocación de servicio.
8.- Que crezca en terreno fértil la conciencia sobre la esencia de la política como servicio a los demás y no como práctica para el engorde de fortunas personales.
9.- Que la transición no sea un extenso muro de Jeremías (con lamentos a raudales) o una mirada fija hacia atrás como excusa para no asumir las responsabilidades de gobernar.
10.- Que seamos obsesivos con la meta de una educación de calidad.
11.- Que mejoremos los servicios públicos como un aporte a la dignidad de las personas.
12.- Que todos entonemos un afinado coro que diga: la República Dominicana puede.