Yo soy la fuente que necesitas

Yo soy la fuente que necesitas

Yo soy la fuente que necesitas

Mayra de Peña

Cuando conocemos de manera personal a Jesús, nuestra vida de un giro positivo 360 grados, es una experiencia que nos cambia la vida, de repente, adquirimos una inteligencia emocional de fuente divina que le da plenitud y sentido a nuestra existencia, es entonces cuando llega esa fuente de agua de vida eterna que le refirió Jesús a la mujer samaritana.

Al inicio de su ministerio terrenal, el Salvador y sus discípulos pasaron por Samaria, definitivamente nada acontesido con Jesús fue fortuito, el Señor si que no desperdició su tiempo, sabía más que nadie que sus años, días, horas, minutos y segundos destinados a su ministerio en esta tierra estaban contados y tenía que sacarle el máximo provecho a su ministerio, cada segundo podía significar almas salvadas.

¨Mientras viajaban desde Judea a Galilea. agotados por su jornada hicieron una parada en el Pozo de Jacob, en la ciudad de Sicar. Mientras los discípulos iban en busca de comida, Jesús se acercó al pozo; al ver a una mujer de Samaria que había ido a sacar agua, le pidió de beber. Debido a la diferencia cultural e histórica que existía entre judíos y samaritanos, la mujer respondió a la petición del Salvador con una pregunta: ¿Cómo tu, siendo judío, me pides a mi de beber, que soy mujer samaritana? ” (Juan 4:9).

Nuestro Señor aprovechó aquel encuentro para enseñar verdades poderosas y eternas. desde testificar en cuanto a su misión divina y su autoridad como Hijo de Dios y Redentor del mundo hasta enseñarnos que Dios no hace acepción de personas. La enseñanza fue certera y no dejo lugar a dudas.

“Si conocieras el don de Dios, y quien es el que te dice: Dame de beber; tu le pedirías, y el te daría agua viva” Juan 4:10.

Intrigada y confusa, y al ver que Jesús no llevaba vasija alguna para el agua, la mujer volvió a preguntar: “¿De dónde, pues, tienes el agua viva?” Juan 4:11).

El Señor le contestó: “Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; “mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamas; sino que el agua que yo le daré será en el una fuente de agua que salte para vida eterna” (Juan 4:13-14).

Sin comprender en absoluto el significado espiritual del mensaje del Señor, la mujer, que pensaba solamente en satisfacer la sed física y su propia conveniencia, le exigió: “Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla” Juan 4:15). Les invito a leer el capítulo.

Luego de este encuentro la mujer nunca más fue la misma, había sido tocada por el mismo Dios.

Cada día vemos como el hombre va y viene buscando esa fuente que le proporcione felicidad, unos lo buscan en el éxito profesional y empresarial, otros creen que depende de encontrar el esposo a esposa perfecta, algunos piensan que cuando lleguen los hijos, otros tantos creen que el dinero, el poder y la fama llenará su vacío existencial, pero Jesús mostró a la mujer samaritana donde estaba la verdadera fuente de agua de vida que salta a vida eterna, una fuente que no se agota, que cambia nuestros paradigmas, que nos hace más sabios, nos limpia de todo pecado y nos da paz.

Un abrazo,



Mayra De Peña

Lic. en Contabilidad, egresada de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), graduada de Periodista, en el Instituto Dominicano de Periodismo (IDP). Locutora, con un Diplomado en Comercio Exterior, y Diplomado en Política Estratégica. He desempeñado diversas funciones dentro del sector Privado y Gubernamental. Hija de Dios y amante de la naturaleza. Creo en vivir a plenitud de manera equilibrada y en lo significativo de quererse y valorarse como individuo. Soy una feliz madre de tres hermosas hijas, creo en el matrimonio, en la institución familiar y en la importancia de predicar con el ejemplo. Amo escribir y con ello transmitir mi sentir y sobre todo tengo en alto estima alimentar el espíritu, pues de él mana la vida.

Etiquetas