“Yo no voté por Danilo”

“Yo no voté por Danilo”

“Yo no voté por Danilo”

En las elecciones de 2012, por aparecer en un centro de votación en el extranjero, no pude ejercer mi derecho al voto.

Pero siendo sincero, mucho no me afectó esta situación, ya que ninguno de los candidatos que se presentaban eran de mi predilección, especialmente los dos principales, Danilo Medina e Hipólito Mejía.

En cuanto a Danilo Medina, tenía una imagen negativa sobre él, creada por situaciones de las que fui testigo, entre otras razones, por lo que rechazaba su forma de manejarse en los temas políticos.

En las elecciones de 2000, su manejo fue avasallante, viví muy de cerca cómo su entorno manipulaba las encuestas e informaciones que eran publicadas en uno de los principales diarios del país, hasta el punto que conllevó a la honorable renuncia de su Director.

Quizás la decepción que sufrió en el año 2007, con su amigo Leonel Fernández, a quien él había creado políticamente, junto a Miguel Coco y a Diandino Peña, siendo el principal hacedor de la popularidad y los amarres que permitieron que este alcanzara el poder en más de una ocasión.

Es imposible saber si esto fue el detonante de su transformación, pero la persona que llegó al poder en el año 2012 era otra, más cercana, expresiva, más consciente del valor de la familia, más sensible al dolor humano, al sufrimiento que genera la pobreza en los dominicanos.

Cerca de las 8:00 a. m., el presidente Medina llega religiosamente a su Despacho, donde no se aísla de la realidad, terminando su jornada pasadas las 8:00 de la noche, igual hace los sábados hasta el mediodía cuando regresa a su residencia como cualquier padre de familia, y los domingos recorre el país con humildad y sinceridad, resolviéndoles problemas a los olvidados de los gobiernos.

Es extraño escuchar que hay personas que rechazan la modificación de la Constitución para que supuestamente se favorezca a un Presidente en ejercicio, pero en este caso, el de un Presidente que trabaja más de 12 horas diarias, que no roba, y que la corrupción no solo se detiene en la puerta de su Despacho, sino que esta vigilante de que sus funcionarios no distraigan en su provecho el dinero del pueblo, es imposible pensar que es él el que se beneficia de una modificación constitucional, el alto nivel de aprobación de su gobierno, incluso entre sus opositores, dice lo contrario.

Es contradictorio que sean personas de su propio partido los más enconados detractores de esa reforma, pero eso confirma que el presidente Medina no es “astilla de ese mismo palo”, lo cual le robustece moralmente.

Por su enorme capacidad resolutiva de trabajo, se me ocurre citar una frase dicha por un político norteamericano que buscaba su reelección en el cargo, y que se ajusta perfectamente al presidente Danilo Medina: “Yo solo soy un trabajador que busca que le renueven su contrato de trabajo”.



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