¿Y entonces, ahora?

¿Y entonces, ahora?

¿Y entonces, ahora?

El proyecto de ley de partidos desnuda sensibilidades. Por el afán de aprobar una iniciativa que limite a las autoridades de turno, los partidos de oposición parece están dispuestos a concertar fórmulas de las que después podrían arrepentirse, como las primarias abiertas y cerradas, por ejemplo.

Además de atar a la Junta Central Electoral a organizar complejos procesos que los mismos partidos no han podido hacer. Lo importante es tener una ley de partidos, aunque moleste después. Este proyecto se ha convertido en un fantasma muy pesado para la clase política de nuestro país.



Noticias Relacionadas