Hace poco se dio a conocer la “visita de cortesía” que hizo el jefe de la Policía de Haití al presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD).
El combate al narcotráfico fue el tema común del encuentro.
Hay lazos oficiales e implícitos de cooperación entre ambas naciones en materia de lucha contra el narcotráfico y lavado de activos.
No es un secreto para nadie que la frontera es un espacio muy permisivo para todo tipo de tráfico, incluido el de personas.
El tema fronterizo, con todas las implicaciones que conlleva, no puede quedar a merced de una visita de cortesía y la buena voluntad de los dos países. Hay que ahondar en los compromisos.
Se trata de una situación que cada día, de uno y otro lado, se agrava más. Cada día los carteles de drogas y el crimen organizado inciden sensiblemente en la región.
Un compromiso sólido de combate al narcotráfico tiene que romper esquemas viejos.
La logística tiene que ser diferente, sólida y compartida. Hay que comprometer seriamente un intercambio de información segura, pero sobre todo, enrolar en esa tarea a un personal que de uno y otro lado pueda ser confiable a toda prueba de tentación.
