Cuando se hace vida en pareja, cualquier situación que se presente afecta a ambos miembros y juntos deben enfrentarla.
Ya sea trastorno del deseo o cualquier otra disfunción sexual que aparezca en uno de los que forman una pareja, es deber del otro comprender, entender la situación y así hacérselo saber a su compañero.
Con amor y cariño apoyarle y juntos buscar alternativas para resolver la situación. El apoyo y la comprensión del otro es importantísimo para la solución de la disfunción en sí y para el crecimiento y fortalecimiento de la relación.
Es básico que las expresiones de afecto estén presentes y sean frecuentes en la vida cotidiana, conversar sobre la situación, siempre en el marco del amor y la complicidad.
Trae muchos inconvenientes cuando en lugar de esto lo que aparecen son quejas y recriminaciones.
Esto es peligroso en extremo, pues se puede recrudecer el padecimiento o sumársele otro y la situación se complica.
Encontramos casos en los que la persona afectada directamente no acepta que hay algo que no marcha bien y se niega a buscar ayuda. En este caso, el compañero debe tratar de convencerle con amor y respeto, explicándole que es algo que les afectará como pareja e individualmente y que debe resolverse.
Evitar tener discusiones acaloradas acerca del caso, manteniendo siempre la cordura y la armonía, sugiriendo en lugar de exigiendo, utilizando palabras de cariño y apoyo.