Vicios derivados de más tres lustros de poder amenazan al PLD

Vicios derivados de más tres lustros de poder amenazan al PLD

Vicios derivados de más tres lustros de poder amenazan al PLD

Santo Domingo.- El Partido de la Liberación Dominicana (PLD), fundado el 15 de diciembre de 1973 por un reducido grupo de dirigentes políticos encabezados por el profesor Juan Bosch, ha experimentado un ascenso vertiginoso en poco más de cuatro décadas accionando en el escenario político nacional, hasta convertirse actualmente en la principal fuerza política del país.

El respeto a sus principios y a la disciplina partidaria han sido las claves para convertirla en una agrupación tan poderosa, en términos de simpatía electoral, que ha llevado a su presidente Leonel Fernández a pronosticar que estaría dirigiendo ininterrumpidamente los destinos del pueblo dominicano hasta el año 2044, fecha en que la República Dominicana estará celebrando el bicentenario de su independencia.

Apego a estatutos

Durante los primeros 27 años de existencia de la agrupación, los peledeístas mantuvieron estricto apego a los estatutos, la declaración de principios y normas disciplinarias que databan, en su esencia, del Congreso Constitutivo “Juan Pablo Duarte”, de 1973, y posteriormente, de la conferencia “Salvador Allende” celebrada en mayo del siguiente año, en la cual adoptaron los métodos de trabajo.

Bosch procuraba, a través de la formación política, lograr dirigentes políticos conocedores de la realidad nacional y ser capaces de conducir al pueblo dominicano de manera efectiva.

Esa convicción lo condujo a afirmar en el año 1977 que: “El poder es una cosa para los peledeístas y es otra para la casi totalidad de los dirigentes políticos; nosotros creemos que el poder es el comando de la sociedad para organizarla en beneficio del pueblo dominicano, pero para la casi totalidad de los líderes no peledeístas es el comando de la economía para usarla en su provecho…”.

Esa misma afirmación aparecería, en 1983, en la primera edición de la obra “El partido, concepción, organización y desarrollo”.

PLD amenazado

Sin embargo, luego de más de tres lustros en la dirección del Estado y listo para comenzar, el próximo 16 agosto, su cuarto mandato presidencial, el PLD ve amenazada esa aspiración continuista debido a que las apetencias personales, la indisciplina y el “laissez faire” a lo interno de la organización socavan los principios y la disciplina que le dieron origen.

A partir del año 2000, fecha en que el PLD celebró su VI Congreso Ordinario “Profesor Juan Bosch, y en el cual resolutó para pasar de organización de cuadros políticos a una de masa, la disciplina interna se ha convertido en una reliquia histórica, los organismos no se reúnen y muchos dirigentes irrespetan públicamente a compañeros, sin considerar la subordinación jerárquica. Todo ello ocurre sin que se produzcan las sanciones correspondientes, como en el pasado.

Esta situación llegó a su clímax cuando el miembro del Comité Central de la organización y actual gerente de Seguros BanReservas, Osiris Mota, declaró, en mayo del 2014, que “el Comité Político del PLD debiera someterse a un proceso de autocrítica, reformulación de su visión de futuro, abandono de la pasividad y comodidad que ofrecen el poder y la buena vida, y dejar de lado su afán principal de cuidar sus espacios y beneficios personales”.

Pies de barro

Y recientemente, Franklin AlmeydaRancier, miembro del Comité Político, cuestionó el desempeño peledeísta en las elecciones del pasado 15 de mayo y sostuvo que “las cosas sucedidas han puesto pies de barro a ese triunfo, no hemos sentido orgullo, porque los conflictos y trapisondas nos han avergonzado”.

Mientras que el también miembro del Comité Central, Melanio Paredes, acusó a los miembros del Comité Político de utilizar subterfugios y artificios para perpetuarse en el poder.

Otra cuestión nunca vista en la historia del peledeísmo es que miembros del Comité Político han expresado apoyo público a determinados aspirantes a dirigir los bufetes de las cámaras legislativas, a pesar de que son conscientes de que se trata de una función exclusiva del colectivo de ese organismo.

Materializar la unidad

Llevar a la práctica el discurso de unidad que proclama la máxima dirigencia del PLD, constituye el principal reto de la organización con miras a mantenerse en el poder más del año 2020.

En caso de que se sigan profundizando las contradicciones públicas de una parte de su dirigencia, eventuales triunfos, como el contundente de los comicios pasados, estarían por verse en el futuro.

Llevar a la práctica el discurso de unidad que proclama la máxima dirigencia del PLD constituye el principal reto de la organización con miras a mantenerse en el poder más del año 2020.

En caso de que se sigan profundizando las contradicciones públicas de una parte de su dirigencia, eventuales triunfos, como el contundente de los comicios pasados, estarían por verse en el futuro.

Ni el 1%

Aunque en el pasado los peledeístas han tenido contradicciones internas, nunca han sido como en el nivel actual. Luego de la primera participación electoral del PLD, en 1978, y en la que obtuvo 18 mil votos, el uno por ciento, se produjo una crisis interna en la organización, lo que provocó la salida de Abreu Flores, lo que abrió el paso a la secretaría general de Rafael Alburquerque.

Primeros en salir

Un año después, en medio de críticas a la dirección peledeísta, abandonaron las filas los hermanos Fiallo, José Antinoe y Alberto. Posteriormente lo hicieron temporalmente Euclides Gutiérrez Félix y Franklin Almeyda Rancier, entre otros.

Un 1978 difícil

Sin dudas, el año 1978 fue difícil para el partido liderado por Bosch, que lo obligó a convocar a la Conferencia Ho Chi Minh que dio paso al I Congreso Narpier Díaz González, bajo la consigna “que las bases decidan”. Se trató de una jugada política para conjurar las aspiraciones de un sector que procuraba que determinadas contradicciones internas en la dirección de la organización se resolvieran en el Comité Central, lo que fue desestimado por los participantes en la referida Conferencia.
Primeros diputados.

El Comité Político jugó un rol importante en aras de la unidad para entonces, al punto de que en las elecciones de 1982 el PLD alcanzó sus primeras diputaciones, con Vicente Bengoa, Juan de la Cruz Buret, Ligia Amada Melo, Felucho Jiménez y Norge Botello, en el Distrito Nacional; Ramón Ventura Camejo y José Ramón Fadul, Santiago; y Tomás Beltré, La Romana. Empero, a pesar de esa buena participación electoral se produjo la salida de Alburquerque, cuyo espacio en la secretaría general lo ocupó Lidio Cadet.

Sindicalistas y socialistas

Las contradicciones no afloraron mucho hasta principios de 1992, cuando el “ala” sindical del peledeísmo no siguió la línea partidaria respecto a la aprobación del Código de Trabajo en el Congreso Nacional, ocasionando la suspensión por seis meses de Bengoa y la expulsión de Nélsida Marmolejos.

Otros más En abril de ese año renunciaron Bengoa, el senador Max Puig y 11 diputados, incluyendo Marmolejos, quienes semanas después anunciaron el lanzamiento del partido Alianza por la Democracia. Más tarde salieron otros, como Tito Hernández y Hamlet Hermann.



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