De vándalos hay que calificar a los estudiantes universitarios que, cual salvajes de nuevo cuño, destruyeron la caseta de exhibición de la firma “Acero Estrella” en el Primer Congreso Panamericano de la Construcción, por la real o supuesta vinculación de dicha ejmpresa con el controversial proyecto de una fábrica de cemento cerca de Los Haitises.

El tema de la cementera es una cosa  y el evento internacional sobre la construcción es otra.

Los estudiantes universitarios de la UASD que protagonizaron la destrucción mencionada no pueden alegar ignorancia en torno a la diferencia entre una cosa y otra. Su demostración de incivilidad los coloca muy cerca de la delincuencia pura y simple.

Si la UASD no actúa ejemplarizadoramente con prontitud, aplicando severas sanciones a sus salvajes estudiantes, estaría alentando, por omisión, a que otros sigan el ejemplo de aquellos y continúen haciendo de la violencia su único lenguaje.

Las sanciones, pues, no deben hacerse esperar. Dejar pasar el tiempo no es la mejor solución. Las autoridades de la vieja casa de estudios tienen la palabra: castigan a los culpables o se hacen cómplices de ellos.