¿Vale la pena?

¿Vale la pena?

¿Vale la pena?

¿Vale la pena ser funcionario público? Esa es la pregunta que se están haciendo en este momento muchos dominicanos que esperaban un cambio de Gobierno para escalar posiciones claves desde las cuales tradicionalmente se pueden hacer negocios turbios que dejan pingües beneficios.

Pero aparentemente les va a salir el tiro por la culata. Eso, si es verdad que las iniciales medidas de austeridad anunciadas por el Gobierno llegan a ejecutarse al pie de la letra, sin corruptos favoritos ni subterfugios de ninguna clase.

No existe ninguna razón para dudar de la sinceridad del presidente Medina cuando proclama que su mandato será diáfano y cristalino.

Pero en materia de política se han visto tantas cosas, que uno no se atreve a asegurar nada. Un sabio llamado Santo Tomás dijo una vez: “Ver para creer”.

Y otro sabio, llamado “el refranero popular” sentenció: “Más vale un pájaro en la mano que cien volando”.

Esperemos, pues, la puesta en ejecución del mentado plan de austeridad y midamos sus resultados reales, antes de juzgar. Ojalá no haya que esperar mucho.

Mientras tanto, ante la pregunta inicial de si vale o no la pena ser funcionario público sin poder robar ni malgastar los dineros del Estado, mi respuesta es: Sí, porque al Estado se va para servir, no para servirse.



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