Disfunción sexual que afecta a un reducido número de mujeres, las cuales sufren una contracción o espasmo involuntario de los músculos que rodean el introito vaginal y el tercio inferior de la vagina, lo cual no permite la entrada del pene en la vagina.

Es una disfunción no tiene relación con la respuesta sexual de la mujer ya que esta se excita y puede llegar al orgasmo por otras vías, excepto por la penetración.

Existe el vaginismo primario, que es cuando la mujer nunca ha tenido penetración y en ocasiones se descubre en una primera visita al ginecólogo, cuando se dificulta o no es posible introducir el espéculo.

Las causas son generalmente abuso sexual o un trauma en la niñez, informaciones inadecuadas de la intimidad sexual que luego provocan temor a la penetración, temor al embarazo o a la transmisión de una infección sexual.

El vaginismo secundario se refiere a la mujer que ha tenido una vida sexual normal y llega un momento en que se le hace imposible la penetración.

Esta puede ser causada también por un trauma con el compañero anterior, falta de comunicación con el compañero actual, infecciones vaginales, traumas durante el parto, secuelas de una episiotomía, inconformidad con la pareja, maltrato físico o psicológico, entre otras.

En ocasiones puede estar ligada a la dispareunia porque si intentan forzar causa mucho dolor, más no necesariamente están relacionadas. Ambas pueden ligarse a situaciones de estrés, sin importar la causa física o psicológica, tiene solución.
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