Hay hechos aislados en materia de relaciones exteriores que marcan el rumbo económico del país a corto y mediano plazo. En ese orden se inscribe la visita y los convenios firmados en Puerto Rico por el presidente Medina.

La República Dominicana, así como Puerto Rico son dos territorios insulares, con una fuerte conexión desde el punto de vista económico con Estados Unidos. Un vínculo indisoluble y que se fortalece a través del tiempo.

La mirada que hoy vuelca el Gobierno dominicano hacia el segundo vecino más cercano que tenemos en el Caribe, después de Haití, debe tomarse como el punto de partida para ensayar una cultura coherente de acercamiento a otros países de la región.

No se trata de que nuestro país vea hacia otras fronteras.

Hay que construir una mirada de dos sentidos y que también desde otras naciones puedan ver en la República Dominicana las condiciones necesarias para confiar en el clima de inversión y las garantías de estabilidad económica que se les pueda ofrecer.

La visita hecha por el presidente Medina a la isla vecina la calificó el gobernador de Puerto Rico como “un gran día para el Caribe”. Ese gran día podría convertirse en una gran década para el Caribe.

El gobierno, a través de la Cancillería, tiene un camino por delante. Y además, la gran oportunidad de hacer en la región, en materia de relaciones exteriores, lo que nunca se ha hecho.