Una tecla con sabor a samba

Una tecla con sabor a samba

Una tecla con sabor a samba

German Marte

El abogado Rodrigo Tacla, quien por años hizo trabajos sucios para Odebrecth, puso de nuevo en el tapete el tema de esa empresa brasileña, y lo hizo a ritmo de Samba, con mujeres incluidas.

Señaló que la empresa brasileña sobornaba desde los más chiquitos hasta los puestos más altos, y que sobornó a más de mil políticos, empresarios y legisladores de diversos países.

Tacla dijo también que la empresa pagó sobornos por más de 2,000 millones de dólares. Una cantidad tres veces mayor de lo que la compañía declaró ante las autoridades de Estados Unidos. Con razón admitieron tan fácilmente que habían repartido 788 millones en coimas.

En una entrevista concedida al periódico español El País, Tacla dijo que la relación con los políticos comenzaba durante la campaña, que la empresa aportaba dinero a equis candidato y que luego «sugería» las obras de infraestructuras que debían ser realizadas desde el gobierno. Por supuesto que luego sobornaba en el Congreso a todo el que hacía falta para obtener «legalmente» la adjudicación de dichas obras, que además sobrevaluaba.

En cuanto a República Dominicana, Tacla señaló que Marcelo Odebrecht (preso en Brasil por corrupción) tenía excelentes relaciones con el presidente Danilo Medina y que le recomendó al publicista Joao Santana (también preso en Brasil) para darle apoyo a su candidatura.

Pero no se quedó en lo ético. Tacla tocó otra tecla: el tema de la moral de los funcionarios dominicanos, cuando dijo que tanto en Panamá como en República Dominicana, Odebrecht organizaba fiestas con hermosas mujeres traídas desde Brasil «para halagar» a los funcionarios en agradecimiento por 17 contratos, entre los cuales sobre sale el de Punta Catalina, el más caro de todos, por 2,040 millones de dólares.

El tema de las damas de compañía, que no se ha planteado como tráfico o trata de blanca, no es un simple tema de farándula o para alimentar el morbo, pues resulta que ya sean “megadivas” o jóvenes poco dotadas, sus servicios fueron pagados por todos, incluidos quienes no bailamos en esa fiesta.

En cualquier país que se respete, denuncias semejantes habrían provocado un terremoto político. La Procuraduría habría ordenado profundizar las investigaciones, y sobre todo, el Presidente, cuya honra ha puesto en tela de juicio, se habría pronunciado al respeto.

La verdad es que al gobierno y a los peledeístas les está pasando como al tipo que se cae delante de la novia y los suegros, que se levanta rápido para demostrar que es fuerte y valiente, se sacude y dice: «no me dolió», aunque por dentro se esté muriendo del dolor.

O quizás se han puesto como aquel hombre que una vez fue honesto pero que luego se volvió un sinvergüenza que cuando alguien le dice, «oye, ten cuidado, que la gente está diciendo que tú eres un ratero, que a ti no se te puede fiar, que tú no tienes palabra», asume pose de honorable y se limita a responder: «eso es que me tienen envidia » y sigue en lo suyo.

Afortunadamente, el pueblo dominicano ha despertado y ha decidido marchar para exigir en las calles-de manera cívica- el fin de la impunidad.

Bailar Samba con mujeres importadas no es tan grave, lo inaceptable es hacerlo con dinero del Estado, que es dinero que aportamos todos y por tanto tienen que devolverlo.



German Marte

Editor www.eldia.com.do

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