Una vez más ocurrió una muerte sensible de un ciudadano dominicano con un gran futuro.

Esta vez se trató de un joven profesional que iba a ejercer de profesor de matemática, probablemente en una escuela pública.

Sus planes, los sueños de superación y un sinnúmero de proyectos a futuro, fueron tronchados por asaltantes que pretendían despojarlo de un teléfono celular.

¿Se trata de una víctima aislada, fruto de las fallas en un efectivo plan de seguridad ciudadana o de un plan integral para atacar sus causas?

Tristemente no se trata de un caso aislado.

Alarma la frecuencia en que personas pierden la vida por actos delictivos.

Las muertes que se producen en distintos puntos del país  están conectadas por causas muy similares.

La droga, el deterioro de la familia, seguridad ciudadana deficiente, falta de oportunidades a jóvenes, son sola algunas de esas causas.

Las autoridades policiales han prometido investigar las circunstancias en que ocurrió el crimen y buscar a los responsables.

Desafortunadamente esta y otras investigaciones no resuelven el problema de fondo. La inseguridad ciudadana continúa creciendo de manera alarmante y las razones no son simplemente policiales.

Y este es el problema de fondo que se debe enfrentar con mayor decisión y recursos.