Una historia reconfortante

Una historia reconfortante

Una historia reconfortante

Nuestro reportero Joan Vargas escribió ayer una bonita historia en la que subyace lo valioso de la prédica con el ejemplo. Sus efectos positivos trascienden la familia misma para impactar a la sociedad en general.

Se trata de la sargento mayor de la Policía Nacional Deyanira Montero, una mujer humilde que por la dedicación con la que ejerce sus funciones influyó en que sus hijos decidieran seguir sus pasos como servidores públicos.

Ella ha sido condecorada tres veces con la “Medalla del buen comportamiento policial” por su dedicación a las funciones que le tocó asumir. Sus compañeros de armas la describen como una buena policía.

Sus seis hijos también son policías y dos de ellos han recibido la misma condecoración por su comportamiento ejemplar.

La historia tiene relevancia porque se produce en el seno de la Policía Nacional, una institución que no tiene la mejor imagen frente a la población.

En las filas policiales, sin dudas, hay muchos ejemplos de entrega y dedicación, gente que pone su vida en peligro para proteger la de otros, pero que no recibe el reconocimiento social por las inconductas de algunos malos compañeros.

Es por respeto y consideración a cada policía consagrado, honesto y pulcro que esa institución tiene que librarse de sus garrapatas.

La misma institución tiene el reto de crearse los anticuerpos para eliminar sus células malas y que florezcan los buenos ejemplos.



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