Una compra abortada

Una compra abortada

Una compra abortada

La sociedad dominicana quedó consternada con el salto dialéctico que acaba de dar la delincuencia, fruto del rapto y rescate posterior de una niña recién nacida.

Hay diversos problemas asociados en el caso, deficiencias develadas del Estado y desatención de diversas instituciones que deben trabajar planes conjuntos para que no sucedan hechos como el que acaba de ocurrir.

De entrada, la recién nacida es hija de una menor. Cuenta con 16 años y ya es madre. Un caso más de una adolescente que queda embarazada sin tener la edad y las destrezas suficientes para enfrentar un destino con una niña en brazos.

En el plano de la delincuencia, que es el centro de nuestra preocupación, no puede ser tomado como un hecho aislado el rapto de una niña recién nacida.

No importa que se use el término “presunta banda” para señalar a un colectivo de personas asociadas para la comercialización de recién nacidos.

La bebé arrebatada de los brazos de la madre tenía un precio. Y por ella se pagó en la transacción de venta cinco mil pesos.

El drama que debemos afrontar es cómo la delincuencia convierte en mercancía de compra y venta a un ser humano que recién acaba de llegar a la vida.

Definitivamente, la delincuencia crece a pasos sorprendentes.

El episodio ocurrido, dramático y desgarrador, es por sí solo revelador de las debilidades sensibles que tenemos en el país en cuanto a delitos de trata y tráfico de personas. Un tema digno de mayor atención, y reflexión.



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