Durante el fin de semana las instituciones públicas centralizadas y muchas de las descentralizadas protagonizaron una jornada para eliminar criaderos del mosquito transmisor del dengue y ofrecer algunos consejos de cómo evitar su propagación.

La movilización fue un buen ejercicio de responsabilidad social de los empleados públicos y tiene un importante efecto mediático para llevar un mensaje a la población en torno a un problema.

Esa iniciativa solo tendrá efectos reales si viene acompañada ahora de una campaña permanente por parte del Ministerio de Salud Pública para que la gente evite los criaderos de mosquitos y sepa cómo actuar ante la enfermedad.

Eso se logra, además, de con la buena voluntad mostrada, con los recursos económicos necesarios para su ejecución.

La medicina preventiva requiere fondos, que cuando se invierten permiten economizar una cantidad mucho mayor en medicina curativa.

Hay otros factores que provocan criaderos de mosquitos transmisores del dengue, como por ejemplo la escasez de agua, que obliga a las familias a almacenarla; o la falta de seguridad, que hace que algunos protejan sus propiedades poniendo cascos de botellas rotas encima de las verjas.

Estos dos son solo ejemplos de cómo factores tan disímiles inciden en la propagación del dengue.

Por nuestra ubicación geográfica parece que estamos condenados a convivir con la presencia de ese virus, pero podemos lograr contenerlo y contrarrestar su letalidad.