Jaime Alsina es el nuevo presidente del Licey y encuentra el equipo con la corona puesta, en un cambio sin traumas que da señales de sucesión armónica.

Miguel Ángel Fernández deja la presidencia con dos series finales y un cetro conquistado en dos campeonatos bajo su gestión, lo que quiere decir que se va por la puerta ancha, aunque sigue como director (vocal) en la nueva directiva.

Inicialmente Fernández no estaba programado estar en el nuevo cuadro directivo, pero a última hora ha tenido que sustituir “forzosamente” a Víctor Díaz Rúa, quien es uno de los imputados del caso Odebrecht que ayer, justamente, libraba un dramático episodio de “bases llenas sin out”.

Díaz Rúa había estado en la directiva azul desde 2013 en la presidencia de Miguel Guerra y siempre solicitaba estar, y era complacido solidariamente, como una forma de estar involucrado en la actividad más consistente, estable y sana que tiene el país: LA PELOTA.

Al presidente Alsina lo acompañan en la directiva muchos sucesores de viejos robles azules, Tancredo Aybar, vicepresidente; Domingo Pichardo, secretario; Federico González, tesorero; y Miguel Ángel Fernández, Miguel Guerra, Rafael Úbeda y Ricardo Ravelo (vocales). ¡Qué les vaya bonito!… ¡Nos pechamos!