Esta semana propongo un reto. Todo el tiempo y toda la energía que utilizas en quejarte, criticar y pelear, por ese orden, dedícaselo a tres cosas (o personas) que sean importantes en tu vida.

Puede ser a trabajar, a tu pareja, tus padres, amigos, a correr, nadar, ver películas…

Ahí lo dejo a tu elección, pero cada vez que tengas deseos de quejarte por algo malo en tu vida dale la vuelta, si vas a criticar algo o a alguien, ponte a trabajar, quizá hasta para lograr que eso cambie y… si vas a pelear cuenta hasta 10 (alguien cercano a mí suele contar hasta cien) y transfórmalo en energía positiva hacia ti y los demás.

Te aseguro, por experiencia, que en menos de una semana todo a tu alrededor cambiará. Creo profundamente en la energía que uno emana con sus pensamientos y sus actos. A veces siento que se puede hasta palpar.

Por eso hay personas por las que experimentas un rechazo casi instantáneo y otras con las que conectas de una vez.

Y mira que no estoy diciendo que vivas en una nube que todo es maravilloso, para nada, la vida no es así. Hay momentos en los que hay que enfadarse, dejar que salga, gritar si es necesario.

Claro que sí. A lo que me refiero es que si te quejas demasiado es porque no estás haciendo nada.

Si criticas a todas horas es que no quieres mirar hacia dentro y… si te pasas el día peleando no te quedan fuerzas para nada positivo.

Y todo eso pasa factura. Sientes que estás de mal humor y no sabes por qué, las personas empiezan incluso a evitarte porque tu negatividad les afecta y cuando vienes a darte cuenta eres gris.

Y en ese instante, no sé porqué resquicio de la mente humana, empiezas a buscar culpables fuera y de nuevo vuelves a quejarte, a criticar y a pelear.

En ocasiones me impacta profundamente los comentarios que leo en redes sociales llenos de rabia, incluso de una persona hacia otra sin conocerla.

Es un análisis para otro momento, pero ahí de nuevo descubro cómo caemos en las garras de la agresividad sin darnos cuenta que, al final, todo ese sentimiento negativo solo logra dos cosas: que seas infeliz y que nadie te soporte. Espero que asumas el reto y me lo cuentes.