El país tiene fama en la región de ser un mercado de “todo usado”. En ese orden tenemos importaciones de piezas de vehículos, incluso, de baterías que se venden con una “garantía” limitada debido a que no son nuevas.

El “todo usado” tiene un problema que se vincula con los constantes accidentes de tránsito que se producen en las calles y carreteras del país.

Debido al precio y la idiosincrasia de consumo, los conductores dominicanos demandan más los neumáticos usados. Se trata de un mercado de grandes proporciones debido a las amplias facilidades que tiene el sector para importar neumáticos de “medio uso”.

Hay centrales sindicales y federaciones de transportistas que, con el ánimo de cooperar con las autoridades, demandan mayor atención en el uso de los neumáticos usados. Además plantean que haya mayor control en los negocios que venden la mercancía.

Tienen razón. Independientemente de que es una actividad comercial, la venta de neumáticos usados también pone en peligro a los usuarios de los vehículos que transitan, ya que recurren a la compra de gomas en mal estado y que se desgastan rápidamente. Una mayor supervisión ayudará, significativamente, a la reducción de los accidentes de tránsito.