El pasado sábado 29 de octubre tuve el honor de asistir como comentarista invitado al acto de puesta en circulación del hermoso libro que, con el título de “Visión moderna Historia dominicana”, ha escrito el destacado médico, Maestro Nacional de la Medicina y hombre público Erasmo Vásquez Henríquez.

A la actividad, celebrada en La Vega, asistió una concurrencia que rebosó el salón donde se llevó a cabo.

Entre esa nutrida representación de los amigos y seguidores del doctor Vásquez se contaban numerosos colegas del autor, algunos de los cuales como el doctor César Mella y mi cardiólogo Nelson Castillo, viajaron desde la capital; autoridades religiosas como el obispo emérito Antonio Camilo; legisladores como el senador petromacorisano José Hazím y el diputado vegano Fausto Ruiz; autoridades municipales como el alcalde Kelvin Cruz y la vicealcaldesa Amparo Custodio; artistas como el Torito y Frandi Sax; los doctores Víctor Abreu y Jochi Pérez, comentaristas de la obra, y, por supuesto, la familia del autor ,con doña Lésida de Vásquez a la cabeza.

Lo reiteré en mi comentario, el libro ya es patrimonio de la sociedad y en especial de los lectores, cada quien es libre de leerlo y formarse su propio juicio, pero para mí, que conozco al autor desde hace más de cuarenta años y que he leído el libro atentamente, no hay dudas de que en esas páginas Erasmo queda retratado en cuerpo y alma. Se trata de un libro muy parecido a su dueño.

Ahí está la pasión con que Erasmo enfrenta sus deberes, la laboriosidad, la disciplina y la emoción del alma poética de este hombre bueno que ahora enriquece la historiografía dominicana con una nueva obra.

“Visión moderna Historia dominicana” contiene opiniones dignas de discutirse y Erasmo, que tiene su pluma lista y engrasada para defenderlas y también para entregarnos nuevos libros, así lo reconoce con el mismo espíritu democrático y la misma tolerancia por la que tanto ha peleado del lado progresista a lo largo de su vida. Ojalá esa obra tenga la difusión merecida. Invito sinceramente a su lectura.

Mientras tanto, junto a Dulce, agradezco la distinción que Erasmo nos ha dispensado al invitarnos a una actividad tan importante y al acogernos con la hospitalidad y el cariño fraternal de siempre en el seno de un hogar digno y honorable como el suyo.