Un ejemplo de democracia en Cuba

Un ejemplo de democracia en Cuba

Un ejemplo de democracia en Cuba

Rafael Chaljub Mejìa

Cuba le está dando a América y al mundo un contundente ejemplo de ejercicio democrático. Como parte de los cambios que el liderazgo de ese país ha venido promoviendo, se ha decidido reformar la Constitución y para ello se le ha dado la palabra al pueblo, cuya opinión y voluntad serán siempre la más legítima fuente de todo poder político.

 

En Cuba no existe el tal pluripartidismo, el sistema que en pleno uso de su soberanía se ha dado Cuba es otro y una vez más acaba de probarse que dentro de tal orden político y el sistema estatal cubanos el pueblo tiene canales adecuados para expresarse. Tampoco existe un congreso con diputados y senadores, cobrando sueldos lujosos, exoneraciones y barrilitos.

Allí legisla la Asamblea Nacional del Poder Popular, cuyos diputados son propuestos por entidades populares, organizaciones de masas o ciudadanos como tales. Ese parlamento sometió a la sociedad un proyecto con numerosas reformas constitucionales y después de meses de debates en reuniones en centros de trabajo, campos y barrios, planteles escolares y instituciones académicas, el parlamento acogió más de setecientas propuestas recibidas desde la base y redactó un nuevo texto.

Ese texto  ya con las propuestas de los ciudadanos se discutirá de nuevo en la Asamblea y en febrero del año entrante se convocará a un referéndum para que en consulta abierta, la población diga la última palabra.  Hubo propuestas originalmente sometidas al debate, que no prosperaron por falta de apoyo o el rechazo de la gente, como aquella que eliminaría el concepto del matrimonio como la unión de un hombre y una mujer para suplantarlo por una formulación que franqueaba la vía para el supuesto matrimonio entre personas de mismo sexo.

Aún así, el parlamento no canceló el asunto para que sea el Código de Familia que lo aborde. Aún frente a la demostración de verdadero ejercicio democrático, de consulta franca y directa a la población, no han faltado las críticas y exigencias fuera de lugar. Basta que lo haga Cuba para que las mismas voces disonantes de siempre se levanten, cuando lo que debieran muchos es mirarse en ese espejo y reconocer la madurez de un liderazgo y un país que dentro del sistema específico que ha adoptado, gana legitimidad al practicar la democracia desde su base más importante, la opinión y la voluntad del pueblo.