Un caso lamentable

Un caso lamentable

Un caso lamentable

Hugo Lopez Morrobel

La lamentable tragedia de Óscar Taveras ha dejado estupefacto al mundo beisbolero.

Cuando se ofrecieron los primeros detalles del accidente, nadie quería darle credibilidad.

Pero ese caso no es el primero ni será el último, debido al comportamiento inmaduro de la casi totalidad de los peloteros dominicanos.

Hace unos años se inició un arduo trabajo en busca de que los jugadores aprendieran a manejar correctamente sus recursos económicos.

Este programa, implementado por las Grandes Ligas y el BHD, ha tenido excelentes resultados, al punto que ha sido alabado por los propios peloteros que se han integrado.

Empero, en otros renglones, por ejemplo el sicológico, también se necesita que se trabaje a fondo a la mayor brevedad posible.
Todos los que conducen un automóvil están expuestos a sufrir un accidente, pero entre los peloteros dominicanos las estadísticas fatales son bastantes elevadas.

El caso de Taveras debe servir para que los peloteros dominicanos cuando lleguen al país se mantengan más tiempo en los estadios que en las calles.

Mi esperanza es que no vuelva a repitirse un suceso de esta naturaleza.



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