El diálogo abierto meses atrás entre Haití y República Dominicana se ha convertido en el camino más idóneo para alcanzar el entendimiento en áreas que décadas atrás eran difíciles de discutir en una mesa y llegar a pactos y acuerdos que contribuyan al beneficio y el desarrollo inmediato de ambas naciones.
De nuevo los funcionarios vuelven al diálogo. Esta vez se reúnen en la zona este del país. Hay una agenda prevista y que se enfocará en las áreas de comercio, salud, turismo, migración, agricultura, seguridad y medio ambiente.
Esperemos que no se trate de una agenda blindada y las partes, fruto de las necesidades comunes, puedan abrir el diálogo e incluir nuevos temas de discusión.
Los planes de desarrollo, más que los discursos, tienen que ser el motor que dinamice el diálogo, a partir de hoy.
En múltiples ocasiones se habla del destino común que tienen ambas naciones, independientemente de las diferencias que las caracterizan, compartimos una misma isla y eso ya es un condicionante de fuerza mayor.
Todos conocemos los temas de la agenda que se discutirá en Juan Dolio. Tampoco los interlocutores son desconocidos. Habrá diálogo y veremos los resultados. Demos pues la bienvenida a esta nueva convocatoria y que el diálogo sea una vez más una fuente de fortalecimiento de las relaciones entre el país y nuestro vecino.