Un alto por “el Doctor”

Un alto por “el Doctor”

Un alto por “el Doctor”

Bienvenido Carmona

Todos saben que la “línea editorial” de esta columna no es de luto… Pero hoy tengo que hacer un alto y hablar del fallecimiento del doctor Rafael Molina Morillo…

Y es que además de que se fue un defensor a rajatabla de la libertad de expresión, se trata de un hombre al que le debo un favor eterno: hace varios años, siendo yo reportero de ‘Listín Diario’ y él su director, me demandaron “por difamación e injuria”, tras una noticia que escribí…

Y el doctor Molina, en vez de enviar a uno de los abogados del periódico con migo, se puso la toga y subió él mismo a estrado como mi defensor…

Y cuando le tocó hablar de mí ante el juez, dijo palabras que me honran… Nunca recuerdo los favores que hago, pero nunca olvido los que me hacen… Y ese siempre lo recordaré… Una noche, en esos encuentros en la redacción le pregunté que a qué se debía el honor de representarme y me dijo: “Es que me gusta tu periodismo honesto”…

Eso tampoco lo olvido, viniendo de un maestro como él… La última vez que nos juntamos le pedí que escribiera el prólogo de un libro que elaboro y me dijo que sería un honor… No se pudo…

¡Descanse en paz Doctor!… Pero quiero decirles a sus familiares que también ellos deben estar tranquilos, porque la noticia dice que falleció el DOMINGO y como hombre del Reino que soy, les informo que el domingo no es día de muerte, sino de resurrección…

Jesús venció a la muerte al tercer día y resucitó un domingo… Por eso los domingos acudimos a la iglesia a celebrar la vida…

El domingo 2 de abril de 2017, el doctor Rafael Molina Morillo no murió, resucitó a la única etapa verdadera: la eterna… ¡Paz, mucha paz!… Y le repito aquí lo que le dije en la funeraria el lunes: ¡muchas gracias por todo!



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