Twitter, una adicción 

Twitter, una adicción 

Twitter, una adicción 

Un  día, hace como  un   año, un  amigo   me invitó para que abriera una cuenta  en Twitter,  lo pensé mucho, primero porque era en inglés, y no domino  ese idioma, y segundo porque entendí que con tener una en Facebook ya era suficiente. Pero la verdad es que me entretengo muy bien, diariamente, leyendo los sabrosos comentarios que por ahí dejan los famosos y los no tan famosos.

Por ejemplo, es divertido leer cuando Juanes dice que está tomándose un cafecito, o que está con su guitarra ensayando los temas de su nuevo disco.

Me da gracia cuando  Sergio Carlo, una joven promesa de la comunicación dominicana, que ahora por cierto para entrevistarlo hay que pedir una cita con su asistente Carloti, dice que se peló la cabeza a “caquito”. También es bueno saber que mi buena amiga Karina Larrauri, luego de traer el mundo a su segundo hijo Matías, lleva una dieta que la tiene como una muñeca de nuevo.

 Y ni hablar de cómo Ricardo Montaner cuenta paso a paso lo que pasa en su vida, hasta aprovecha para mandar saludos a sus amigos. Charytin  Goico es de las que más actualizan su Twitter y siempre aprovecha para mandar saluditos. Tego Calderon es el más gracioso en el Twitter, un día dice que no estará en tal actividad y al segundo se pregunta porqué será que su mujer no quiere que él la siga en ese portal.

Y así se hace una cadena de gentes que ya no solo tienen una cuenta por tenerla, sino que la actualizan cada minuto y cuentan por ahí el más mínimo detalle de todo lo que acontece en su diario vivir. No sé si será bueno o malo, pero lo cierto es que tener Twitter es estar cerca de los famosos y saber que ellos, como cual quier mortal, también pasan sus vicisitudes.

También es como tener un amigo imaginario a quien contarle cosas que  a veces uno necesita decirlas para desahogarse.



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