Tropezar con la misma piedra

Tropezar con la misma piedra

Tropezar con la misma piedra

La sentencia 168-13, la ley 169-14 y el Plan Nacional de Regularización abrieron la puerta a la corrección del desorden migratorio que arrastraba el país desde hace más de 50 años y que a su vez arrastró consigo grandes deficiencias en la concesión de la nacionalidad dominicana.

El país tuvo que pagar un alto precio económico para ejecutar esos procesos, le concedió la nacionalidad dominicana por una vía expedita a miles de personas que estaban en una especie de limbo jurídico y permitió que decenas de miles de extranjeros residentes ilegales en el país, fundamentalmente haitianos, regularizaran su estatus migratorio.

El año 2014 parecía un buen punto de partida para empezar a poner la casa migratoria en orden.

Pero no ha sido así.

La realidad es que pagamos caro las consecuencias del desorden del pasado, pero se está permitiendo la continuidad del caos migratorio lo que nos garantiza crisis y presiones similares en el futuro.

Es evidente el descontrol fronterizo para el paso ilegal de inmigrantes.

Las principales calles y avenidas de Santo Domingo, Santiago y otras urbes importantes han vuelto a llenar de niños y mujeres haitianos.

Igual ocurre en las plantaciones agrícolas o en las obras en construcción.

Dentro de poco tendremos el mismo problema que el Estado quiso resolver con la sentencia 168-13. la ley 169-14 y con el Plan Nacional de Regularización. También tendremos los ataques y presiones a los que el país fue sometido.



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