Tripartidismo en la Seguridad Social

Tripartidismo en la Seguridad Social

Tripartidismo en la Seguridad Social

Frederich E Berges

La Organización Internacional del Trabajo (OIT), del cual es signatario y miembro activo la República Dominicana, consigna al tripartidismo como el término que se utiliza para referirse a un cierto tipo de organización y procedimientos de concertación entre tres sectores: los gobiernos, las organizaciones de empleadores, y los sindicatos.

El tripartidismo se aplica en el sistema de gobierno de la OIT, tanto en su órgano supremo, la Conferencia Internacional del Trabajo, como en su órgano ejecutivo, en el cual se integran un número equivalente de representantes de los gobiernos, de los empleadores y de los trabajadores.

Por ser el tripartidismo el principio básico de organización de las relaciones laborales que impulsa la OIT y nuestra adhesión al mismo, la Ley 87-01 que define y regula el sistema de seguridad social en el país, se basa en dicho principio.

En este sentido el tripartidismo es básicamente un método de solución de controversias, evitando así el conflictos sociales. Un ejemplo de concertación social son los propios convenios de la OIT, tratados internacionales de carácter obligatorio para los países miembros una vez ratificados.

Por ello ha causado extrañeza e inquietud una anunciada intención de modificar la legislación de la seguridad social en la cual uno de dicho propósitos es precisamente anular el mecanismo del tripartidismo y sustituirlo por el de la simple mayoría, en el cual dos cualesquiera de las tres partes, gobierno, trabajadores o empleadores, se pudieran confabular y tomar decisiones perjudiciales para la otra.

Si el Consejo de la Seguridad Social encuentra inconvenientes para aplicar dicho principio entre las partes del sistema, tal vez sea porque el mismo adolece de grandiosidad de sus miembros, cuando en dicha mesa no habría porqué se deberían sentar más de 9 personas representando los tres sectores, o deficiencias de la propia ley o sus reglamentos.

No podemos sacrificar el tripartidismo por fallos exógenos al mismo. Reflexionemos.



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